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INTERNACIONAL

¿Por qué existen los
Tesla-haters? Es más sencillo de lo que parece
Los
ataques sufridos por estos vehículos hasta hace poco alabados por la
izquierda dan cuenta, además de que en el fondo la protección a la
ecología les importa un carajo, que sus simpatizantes experimentan
un infantilismo emocional propio de niños de primaria que de
personas que se dicen adultas y en su sano juicio. Se trata, en el
fondo, del desquite de mentes mediocres hacia quienes han logrado
triunfar en la vida
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ABRIL, 2025. El diario New York Post reportó hace unas
semanas cuando una mujer se despertó sobresaltada al escuchar
incesantemente en su celular la alarma antirrobo de su vehículo
Tesla. Al asomarse por la ventana alcanzó a ver dos siluetas en la
oscuridad que se alejaban y brincaban a otro auto en marcha. Su
Tesla estacionado en la calle tenía un vidrio roto, profundos
raspones de llave en su carrocería y el símbolo nazi pintarreajado
en ambas puertas.
La mujer, a quien el diario identificó como Dorothy, vive en
Virginia, cerca de la frontera con Washington D.C. "Ya han pasado 10
días y la policía no tiene rastro de los responsables pese a que una
cámara de mi vecino captó ese acto de vandalismo", refirió la
desesperada mujer. "Quizá esto me gano por estar a favor de proteger
el ambiente y evitar en lo posible usar combustibles fósiles".
Dorothy aún está pagando su Tesla, y aunque la aseguranza cubrirá
los daños, ella teme que su unidad sufra más daños. Como
consecuencia, Dorothy mandó construir una especie de "jaula" para
estacionar su Tesla durante las noches. "Se supone que vivo en un
país donde estas cosas no deberían suceder", agregó Dorothy, cuyo
esposo es originario de Ecuador, donde este tipo de "jaulas" son
cosa cotidiana. "La policía aún no atrapa a esos sujetos ¿acaso no
les estamos pagando para que hagan su trabajo?"
Desafortunadamente, ese incidente está lejos de ser esporádico.
Semanas atrás, en Las Vegas, donde ver autos de lujo en sus calles
es tan común como en México ver camionetas que transportan frituras,
una agencia de autos Tesla fue incendiada durante la madrugada por
unos tipos que más tarde fueron aprehendidos. Otro vehículo fue
rociado con pintura roja y en su parabrisas se le pintarrajeó la
frase "f**k Elon".
Vaya, vaya. Con qué rapidez la izquierda y los radicales que le son
tan útiles olvidaron cómo hasta hace poco alababan a Elon Musk y lo
felicitaban por poner a la venta vehículos eco-friendly que
no contaminan el ambiente ni usan combustibles fósiles. En un
artículo de portada, Rolling Stone llamó a Musk, "El
empresario del mañana": "Los autos Tesla representan la puntilla
para gradualmente sacar del mercado a la industria automovilística
que insiste en seguir utilizando combustibles fósiles". ¿Cuál fue el
encabezado de un reciente texto de Rolling Stone respecto a
Musk? "Las sospechosas ligas y financiamiento de Elon Musk con
grupos radicales de ultraderecha". Al carajo, pues, ese "ecologista
ejemplar".
El "ecologista ejemplar" dejó de serlo una vez que adquirió twitter
y destruyó en enramado que difundía basura woke en la red. Pero la
transformación de Elon/Palpatine al malvado emperador de Star
Wars se dio cuando éste anunció su abierto apoyo a
Donald
Trump y, más aún, éste le encomendó el DOGE
(siglas en inglés
del Departamento de Eficiencia Gubernamental) la cual ha investigado
el derroche de recursos realizado por los demócratas durante la
presidencia de
Joe Biden.
Una de las primeras acciones del DOGE reveló que una dependencia
llamada USAID, creada para promover los valores norteamericanos
alrededor del mundo, había sido copada por los wokes para financiar
su basura por varios países; entre otras cosas, USAID había
derrochado 300 mil dólares en un "festival inclusivo" realizado en
Albania.
DOGE también ha destapado monstruosas irregularidades financieras,
entre ellas el cobro de cheques por desempleo asignados a recién nacidos, personas
que fallecieron hace 50 años y de norteamericanos que cambiaron su
nacionalidad, con lo cual teóricamente estarían perdiendo todo
beneficio del Welfare. En esa descomunal nómina de parásitos, el DOGE
encontró cheques "cobrados" por niños de kínder, adultos mayores en
asilos que por diversas razones (alzheimer, entre ellas) llevan
tiempo sin recibirlos directamente y que son cobrados por alguien
más.
DOGE también descubrió que un cementerio de la capital Washington
estaba recibiendo abundantes fondos del Welfare porque,
aparentemente, quienes llevan reposando décadas ahí también precisan
desde el más allá un cheque expedido por el Estado Benefactor.
El DOGE ha encontrado mucho más porquería y derroche, una sangría de
recursos que se ha traducido en más inflación para el norteamericano
promedio. La dependencia no ha revelado todos sus hallazgos, por
supuesto, pero existen indicios de que buena parte de las
universidades que promueven el excremento woke recibieron
recursos adicionales a los que ya estaban percibiendo por parte del
Estado, y al menos 5 mil ONGs "progres", muchas de las cuales han
chupado presupuesto público pero no tienen domicilio físico y sus
empleados son fantasmales, aunque eso sí, bien que cobraban su
cheque de la Federación.
El DOGE estima que, hasta el momento, el Estado norteamericano se ha
ahorrado 3,500 trillones de dólares al extirpar ese derroche, pero Musk aseguró a la cadena Fox que la cantidad "puede ser hasta 10
veces mayor". Por ello, y como referíamos en un texto anterior, Elon
Musk es hoy más odiado por la izquierda norteamericana que el mismo
Donald Trump.
Y por ello los automóviles Tesla han sido objeto de ataques pese a
que representan el ideal absoluto de un vehículo anticontaminante.
Quienes ven frente a ellos la amenaza por dejar de chupar la ubre
del presupuesto, están aterrorizados. Buena parte de esos fondos de
utilizaban para promover la cultura woke, y ahora que se han
cerrado esos fondos, el wokeísmo empieza a perder fuerza, en
especial porque éste nunca fue popular entre el norteamericano
promedio.
Los Tesla-haters: inmadurez
emocional y envidia infantiloide
En un genial ensayo escrito por el sociólogo británico de origen
húngaro Frank Furedi publicado por la revista libertaria Spiked¡
señala cómo "el mundo actual ha sido secuestrado por un pensamiento
infantiloide en las altas esferas de la política, las artes, el
deporte y el entretenimiento donde todos se ofenden por tonterías,
dan importancia mayúscula a asuntos triviales, son profundamente
envidiosos y rencorosos y al mismo tiempo, como los niños, no son
autosuficientes y dependen de alguien más para vivir".
Furedi agrega: "Dado que la infantilización emocional no exige mucho
de sí mismo al
individuo y es brutalmente conformista, a nadie extraña que la
izquierda haya absorbido a muchos de estos niños encerrados en
cuerpos de adulto. Esa infantilización incluye por igual a gente que
tiene apenas educación básica y gente que ostenta diplomas o
doctorados, a gente de bajo IQ y gente que pertenece a Mensa
(organización donde todos sus miembros tienen un coeficiente
intelectual superior a 140)".
En resumen, afirma Furedi: "Desde los atentados del 2001, Occidente
ha caído en una vorágine de infantilismo emocional donde, como en la
infancia, el menor nunca aceptará que se comió el pastel aunque
tenga la cara embardunada de betún y dará de pataleos durante tres
días seguidos porque no le compraron el helado que tanto deseaba
(...) tenemos hoy una generación infantiloide enemiga del mérito y
la inteligencia y eso lo estamos viendo reflejado en nuestra clase
política" (Furedi se refiere a Inglaterra, pero en nuestros países
el fenómeno se refleja íntegramente).
Furedi da en el certero clavo. Todos quienes pasamos por la escuela
primaria recordamos cómo el niño inteligente de la clase era objeto
de un cruel bullying, se le llamaba "cuatrojos" y en
ocasiones hasta recibía palizas de sus compañeros. Y peor si se
trataba de una niña: las demás alumnas solían eludirla, la llamaban
"rara" y nunca se acercaban, como si fuera
una apestada.
Elon Musk es el "cerebrito" en un salón de clases mundial donde
abundan las mentes infantiloides y envidiosas. Lo único que los
detenía para atacarlo directamente era la orden de los "profesores"
de que, bueno, era uno de "los nuestros". Pero ahora que la relación
de Musk con Trump los ha llevado a colaborar juntos, los
"profesores" han dado la orden a estas mentes infantiloides: era
hora de irse con todo contra el "cerebrito" nacido en Sudáfrica.
Llama la atención cómo las imágenes de esos tipos que han
vandalizado los vehículos Tesla no muestran precisamente a personas
trabajadoras o con un claro objetivo en la vida: por lo general su
rostro es de odio y de amargura, suelen tener sobrepreso y sus
rostros son flácidos. No son precisamente caras de triunfadores
sino de personas corroídas por la envidia y por el éxito ajeno.
Baste comparar esos rostros con el de Elon Musk, imagen clara de
quien ha conseguido logros inimaginables hasta hace poco y quien
disfruta imponerse nuevos retos. Compárese el rostro de Elon Musk
con esos amargados y evidentemente insatisfechos con sus vidas,
llámense Alexandria Ocasio Cortez, Bernie Sanders, Kamala Harris y,
ya del lado mexicano, López Obrador y casi toda la plana de Morena.
Los ataques contra los autos Tesla van dirigidos no tanto contra los
automóviles mismos sino contra sus propietarios, por lo general
gente triunfadora con cierto sentido de protección a la ecología ,
lo cual nos lleva a otro asunto obvio: a
esos vándalos, muchos de los cuales seguramente participaron en
protestas para prohibir el uso de automóviles que utilizan
combustibles fósiles o toman como evangelios las películas de
Michael Moore, son los mismos que están destruyendo el vehículo más
proecológico diseñado el último cuarto de siglo.
"Para el mediocre, toda aspiración esconde una afrenta", escribió
José Ingenieros hace décadas. En relación a esos vándalos
Tesla-haters diríamos, igual que los gringos: TRUE THAT!
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