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No permitan que Mark Zuckerberg se salga con
la suya
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delincuencia con una visita a El Salvador
Los medios anti Trump se
derrumban... y todo por su propia mala leche
Y cuando pensábamos que la prensa ya no podría
provocar más asco
Adiós a Sports Illustrated, salúdame a
tu mamacita woke
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MEDIOS/Cínicos

¡Por fin! Arranca la poda de
"comediantes" de la TV norteamericana
Los
programas nocturnos de comedia solían ser divertidos, irreverentes e
impredecibles. Luego se convirtieron en descarados voceros del
Partido Demócrata, obsesionados con atacar a Trumpo, fórmula que
dejó de funcionar desde el pasado noviembre. Es momento de darle
nuestro más sincero nuncavuelvas a Stephen Colbert, "comediante" que
destruyó el legado de gigantes del entretenimiento como Johnny
Carson y David Letterman
Versión impresión
JULIO, 2025. Existe una máxima que todo aquel
que entra al mundo laboral conoce perfectamente, y hasta pudiera
sonar a necedad recordarla: jamás critiques a tu superior, y mucho
menos lo hagas en público.
Esa máxima la conocen incluso nuestras mascotas, pues a menos que
quieran que las echen a la calle o terminen sacrificadas, jamás le
van a soltar arañazos o mordidas a quien les da de comer. Y es que
por más mal que te caiga, que haga cosas que a ti no te parecen, se
necesitaría ser un auténtico pendejo para insultar a quien te ofrece
empleo y por tanto, pone comida en tu mesa y es el responsable que
lleves puestas ropas más o menos decentes y dispongas de un sitio
para vivir.
Pero, más que pendejo, se necesitaría ser algo peor para faltarle el
respeto tu jefe y hagas lo posible para que se entere: ser woke
y ser "comediante" de la TV norteamericana.
Hace algunas semanas el "comediante" Stephen Colbert estalló contra
la CBS, televisora donde trabaja, porque ésta llegó a un acuerdo con
Donald Trump para otorgarle 16 millones de dólares como parte de un
arreglo extrajudicial luego que el copetudo mandatario los demandara
por haber "sobreeditado" una entrevista con Kamala Harris para
hacerla más coherente" al momento de ser transmitida. A los pocos
días y fúrico como el que mas, Colbert dijo en su programa The
Tonight Show: "Como alguien que siempre se ha sentido orgulloso
de trabajar (en CBS), me siento ofendido, y no sé si habrá manera de
recuperar mi confianza en esta empresa".
"¡Oiga, patrón, me siento orgulloso de trabajar aquí, pero me ofende
que usted haga cosas que mí no me parecen!"
¿Cómo reaccionarían ustedes, amables lectores?:
a) "Oh, disculpe usted, querido empleado, ya no volveré a hacerlo.
Si bien yo soy quien le paga su sueldo, siempre consideraré su
opinión respecto a las cosas que yo haga."
b) "¡Pues si no te gusta lo que hago, la puerta está abierta para
que le largues, cabroncito! Es más, déjame abrirte la puerta de una
vez".
Algo donde los wokes destacan sobremanera es ser profundamente
estúpidos y al mismo tiempo creer que tienen derecho a todo, incluso
insultar a quien los contrató. Hace algunos meses ciruló un video de
una recién egresada woke quien se quejó que el comedor de la
empresa donde laboraba "no ofrece platillos vegetarianos" y agregó,
enfática y encabronada: "si esta compañía no impone un menú
vegetariano, no dudaré en irme a trabajar a otro lugar!" No hizo
falta tanto esfuerzo pues la empresa la corrió al día siguiente
cuando fue a trabajar y vio que el guardia de seguridad tenía varias
cajas con sus pertenencias para que la acompañaran directito a la
chingada junto con ella. (Obviamente, la muchacha, de rasgos
orientales, acusó "racismo" en otro video, cuando de ser cierto eso
jamás la habrían contratado. Como cualquier otro woke, la
caprichuda chica fue incapaz de aceptar que había cometido tremenda
pendejada).
El enojo de los directivos de la CBS debe haber sido mayor si
asumimos que Colbert representa un gigantesco pasivo para las
finanzas de esa empresa, cuya razón de su existencia, suponemos, es
hacer dinero. Colbert, quien suplió al genial David Letterman en el
2015, simplemente no es divertido al punto que sería una mentada de
madre llamarle "comediante" para todos aquellos que destacan en esa
difícil actividad pero que perciben salarios mucho menores que el
parasitario Colbert.
Sin embargo, al tipo no le irá del todo mal: a diferencia de la
muchachita woke que la echaron a patadas el mismo día por
exigir un menú vegetariano en su empresa, Colbert permanecerá en CBS
hasta mayo del año próximo, es decir, le van a seguir pagando muy
bien, y cuando finalmente lo corran, recibirá una jugosa
liquidación.
Quizá el pegarle a tu jefe fue el hartazgo final para que CBS
rescindiera el contrato con Colbert. Según el comentarista Bill
O'Reilly, las cadenas de televisión abierta apenas y cubren el 19
por ciento del total mientras las plataformas de streaming se
llevan casi la mitad, el 43 por ciento. La TV tradicional es
obsoleta, horripilantemente izquierdista y asquerosamente antiTrump,
no tanto porque el copetudo presidente sea intocable o perfecto sino
porque Colbert y los demás "comediantes" de la TV norteamericana
atacan a Trump con una obsesión que ya ha rebasado el ridículo.
El discurso antiTrump de estos medios dejó de ser efectivo tras la
catastrófica derrota de Kamala Harris, quien pese a haber recibido
todo su apoyo y hasta de maquillarle entrevistas --algo
complicadísimo dado que Cantinflas hablaba con más coherencia y
propiedad que la fallida ex candidata-- le metieron una tunda en las
elecciones pese a tener detrás suyo el monstruoso medio mediático
que acapara prensa, radio, TV, Hollywood, editoriales y las
principales plataformas digitales.
En contraste, Greg Gutfeld, de la cadena Fox, se mantiene imbatible
con alrededor de 3 millones de espectadores por emisión. La bofetada
es mayor contra Colbert y los demás "comediantes" como Jimmy Kimmel,
cuya señal se sintoniza gratuitamente, el programa de Gutfeld se
transmite por cable. La gente está dispuesta a pagar si los
contenidos que se le ofrecen son de calidad.
Peor aún, a estos "comediantes" como Colbert les ha dado por tener
como invitados a políticos demócratas donde abunda el intercambio de
lisonjas y el besadero de pies aderezado, claro, con ataques al
presidente Trump. ¿No se suponía que The Tonight Show era un
programa de variedad si durante una década no han salido de lo
mismo?
The Wall Street Journal reportó que CBS pierde 40 millones de
dólares al año con ese programa y que los anunciantes han huido en
parvadas al punto que los ingresos comerciales se han desplomado
hasta en un 62 por ciento desde el 2022. Si un programa de
televisión no produce ganancias, sale más que oneroso y de remate su
conductor insulta a sus patrones, sería de pendejos seguir
subsidiando tantas pérdidas, especialmente si se trata de una
empresa privada.
En algún momento esos programas eran divertidísimos y atraían mucho
público porque, vaya, eran irreverentes, pero lo eran contra todos
los políticos, fueran republicanos o demócratas.
Muchos de los mejores sketches se hicieron
durante los años de Bill Clinton, sobre todo tras su affaire
con Monica Lewinski. Como ejemplo, un sketch de Saturday Night
Live implicaba que el presidente exigía apagar la luz durante
esos encuentros para que nadie, mucho menos la prensa, se dieran
cuenta de lo que ocurría en esa habitación mientras el programa de
David Letterman mencionó entre sus "10 puntos" tras el escándalo con
la interna Lewinsky, "su esposa Hillary ha sacado del ropero del
presidente todos sus pantalones para zurcirlos y tapar el área donde
se encuentra la bragueta". Compárese ese humor con el vergonzoso
"baile de las jeringas" de Stephen Colbert presentado durante los
años de la pandemia. ¿A quien extraña que el rating se haya
desplomado?
Lo que sí provoca algo de remordimiento es que la
cancelación de The Tonight Show dejará sin empleo a gente
talentosa, entre técnicos, encargados de limpieza, tramoyistas y
electricistas, es decir, gente talentosa que trabaja por necesidad y
no tanto porque esté de acuerdo con la temática que manejan esos
programas televisivos.
Es increíble cómo Stephen Colbert tiró por el caño el legado de una
emisión legendaria. Un amigo de la preparatoria me dijo, allá en los
80, que la izquierda era el intestino grueso de la humanidad: todo
lo convierte en caca. Sigue siendo tan cierto hoy como lo era
entonces.
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No permitan que Mark Zuckerberg se salga con
la suya
Luego de haber acatado
servilmente las exigencias de Obama y de Biden para
"tumbar" información que incomodaba a la agenda
demócrata, tras el triunfo de Trump resulta que el
fundador de facebook es un defensor de la libertad de
expresión al que debemos aplaudir luego del tremendo
daño económico y emocional así como la salud emocional a
la salud de millones de personas provocó su aberrante
destrucción de "notas falsas". Si se avala su cínica
actitud, el día de mañana, sin problema alguno volverá a
cambiar su postura.... ya lo hizo antes
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