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MEDIOS/Abyecciones
Y cuando pensábamos que la prensa ya no podría causar más asco Ningún medio mexicano en los años del peor priísmo o el lopezobradorismo se habría aventado portadas tan agachistas, tan lambisconas y tan ridículas como las de un semanario norteamericano que muchos consideran "serio y confiable". Pero las portadas de revista, por más abyectas que sean, no podrán ocultar la realidad: Kamala Harris ha sido la peor vicepresidente en décadas, y su llegada a la Casa Blanca podría marcar una sentencia de muerte a su democracia
AGOSTO, 2024. Un chascarrillo involuntario que solemos escuchar en nuestros países refiere la integridad moral de la prensa norteamericana, un ejemplo de incorruptibilidad, de fuertes convicciones, sólidas ante el acecho del gran poder económico y político. Esa idea nos deja en claro, primero, que somos lectores funcionales en grado lamentable y, segundo, que si esa es en realidad la mejor prensa del mundo, la peor debe imprimirse con papel sanitario ya usado y echado al cesto.
La prensa de Estados Unidos no se imprime precisamente con papel sanitario, pero podemos asegurar que su contenido suele ser una embarrada de caca. No hay manera más clara de decirlo: quien diga que los grandes periódicos de ese país son ejemplos a seguir, ni idea tiene de lo que representa el periodismo y le gusta, se deleita y aspira con placer, el olor a excremento.
Desde los años de Obama, esa prensa que aún tenía cierto olfato ético se convirtió en vocero oficial de los demócratas. Hasta entonces habían mantenido ciertas formas, pero todo eso se esfumó con la llegada de Obama: en adelante ya no se podía criticar al Señor Presidente, costumbre que sobradamente conocemos en nuestros países. Criticar las acciones de Obama pasó a ser un acto "racista" y ahora que se perfila la asustante posibilidad que Kamala Harris alcance la presidencia, cualquier crítica, cualquier observación, será tomada como un "acto de misoginia" en su contra.
Es difícil entender la lógica de los demócratas, lo único que se puede concluir es que ya no tienen idea de lo que significa el término lógica porque de otro modo no habrían escogido a Kamala Harris como su virtual candidata a la presidencia luego que Biden anunciara que no pensaba postularse nuevamente pese a que horas antes porfiaba e insistía ("que quede claro") que nada le impedíría ir tras ese objetivo... para luego decir que dice mi jefecita que siempre no.
De todos los candidatos demócratas hace cuatro años, Kamala Harris quedó en el penúltimo lugar y fue echada de la carrera cuando Tulsi Gabbard le echó en cara su incompetencia y su doble moral mientras fue fiscal de distrito en California. De hecho su carrera estaba liquidada hasta que el viejo Joe la mandó llamar como su compañera de fórmula.
Kamala aceptó gustosa pese a que en los debates por la precandidatura tachó de racista a Biden; quizá Biden perdonó a Kamala con un "no hablaba en serio, compadre", y tutti contenti.
Con tal de tenerla ocupada, Biden le encomendó ir a al frontera sur a atender una línea divisoria con México que ya se estaba saliendo de control- ¿Y qué fue lo que hizo la señora? Estuvo un par de horas en El Paso, hizo igual tanto en la ciudad de México y estuvo en Guatemala donde advirtió tibiamente "ya no vayan a Estados Unidos" y ya jamás regresó a la frontera. Se sabe que Kamala hizo el coraje de su vida cuando Joe la puso a hacer algo de provecho. La mujer se desentendió y ahora los demócratas quieren hacer pensar al mundo que el episodio, que habría puesto en el excusado las aspiraciones de cualquier vicepresidente norteamericano, jamás ocurrió. Todo es invento de la "ultraderecha".
Vayamos ahora a la portada.
El alguna vez respetable semanario TIME publicó el pasado 12 de agosto una portada donde aparece Harris con la cabeza en alto, con un mirada cheguevaresca viendo hacia al horizonte, decidida a superar todos los retos que enfrentará como presidente. La portada está adornada con la frase "SU MOMENTO". Qué lindura, la verdad.
TIME había llegado a niveles de lo que alguien llamó fellatio periodístico antológicos (¿cómo olvidar la portada donde Obama aparece con un halo?) pero esta portada ha superado su abyección, su falta de ética con una portada tan lambiscona que haría las delicias del dictadorcito norcoreano.
Los niveles de abyección del semanario llegaron a extremos surrealistas pues la homenajeada en la portada no se dignó a concederles una entrevista. El texto, escrito por una tal Charolotte Alter, es un homenaje al agachismo, al extirpar toda crítica y a la estupidez de querer convencer al mundo de que se está realizando periodismo objetivo. La vicepresidente, que no quiso hablar con la revista porque simplemente no tiene nada qué decir ni logros de qué presumir, fue sustituida por las "porras" de una colaboradora suya y por un muchachito llamado David Hogg, sacado del olvido luego que pasaran sus 10 minutos de fama durante la presidencia de Donald Trump.
Y ya que leímos el texto para que usted no tenga necesidad de perder su tiempo haciéndolo, el advertimos que no aparece una sola crítica a sus cuatro años en la vicepresidencia. Nada absolutamente sobre su fallida misión en la frontera con México, sus cantinflescas declaraciones, sus molestas carcajadas tras contarse un chiste malo, el tomar por idiotas a unos entrevistadores cuando les dijo que ella fumaba mariguana mientras escuchaba a Tupac Shakur "en mis años de universidad en 1988" cuando el rappero lanzó su disco tres años después.
¿Pero qué tanto efecto tendrá la portada del TIME para elevar la popularidad de Kamala Harris entre los norteamericanos que tienen de ella una pésima percepción? La verdad, muy poco.
La mujer ha aparecido en las portadas de Vogue, de Newskeek, del Ladies Journal y donde invariablemente se le ha querido dar una imagen cool, de mujer empoderada que admiran las minorías raciales". Pero toda esa absurda lisonja no ha hecho mella en la percepción de la comunidad afroamericana que no la ve como uno de los suyos, además que Harris no ha mostrado un solo acto de simpatía con el electorado latino, el tercero más importante del voto demócrata.
Y, sobre todo, hay algo que ninguna portada podrá distorsionar entre los norteamericanos, algo que quizá no acepten abiertamente por temor a ser "cancelados": Estados Unidos estaba mucho mejor económicamente hace cuatro años con Donald Trump. "Este es un hecho incontrovertible y en otros tiempos no habría siquiera necesidad de argumentarlo. Quien viva hoy en Estados Unidos y quiera negarlo, realmente no vive en Estados Unidos. Se necesita ser un masoquista para votar por Kamala Harris esperando que las cosas mejoren", dijo recientemente el actor Rob Schneider en una entrevista con Tucker Carlson.
Esta portada muestra hasta qué grado ha llegado la podredumbre dentro del periodismo norteamericano. ¿Esto ayudará a que Kamala Harris sea la sucesora de Joe Biden y termine así de destruir a los Estados Unidos? La incógnita se despejará dentro de unos meses... mientras tanto: qué asco de portada.
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