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Un karma-la que cae sobre la estupidez demócrata: ojalá ahora sí aprendan la lección Explicar la derrota de Kamala Harris con simplonas diatribas e insultos hacia Donald Trump es desconocer el alma de un país que está resultando menos ingenuo de lo que pensaba el gran poder económico que busca meterle una agenda política por el cogote. El golpe recibido el pasado 5 de noviembre por los demócratas fue letal. ¿Rectificarán el rumbo o se empecinarán en seguir caminando hacia el abismo? Esto último desafortunadamente, se antoja como lo más probable NOVIEMBRE, 2024. Es
lastimoso, la verdad, ver cómo personajes que admirabas terminaron
convertidos en papanatas que mandan a la basura su sentido común al
casarse con una causa absurda. Ambos son hoy ciudadanos norteamericanos pero queda claro que no
conocen el alma de su nuevo país. Nos referimos, claro, al periodista
argentino
Andrés Oppenheimer y al escritor peruano Jaime Baily. Su odio endémico a Donald Trump, que sigue tercamente encerrado en la mentira de que ordenó la toma del Capitolio, ha impedido a Oppenheimer y a Bayly reconocer una campaña exitosa, inteligente, por parte del copetudo millonario quien, primero, aprovechó a las maravillas las torpezas de su contrincante y, segundo, supo leer las señales de desesperación norteamericano promedio ante uno de los peores presidentes en la historia de Estados Unidos, un horripilante legado que Kamala incluso se había comprometido a continuar. Tanto Oppenheimer como Bayly daban como esperanza el voto latino que en Estados Unidos para contrarrestar lo que terminó por convertirse en una oleada roja. En uno de sus recientes programas transmitido desde Miami, ciudad ubicada en la republicana Florida --uno se pregunta porqué el conocido conductor y escritor mejor no se muda a California, hogar de la candidata derrotada; ahí estaría más a gusto con sus convicciones políticas-- Bayly advirtió que "el voto latino, generalmente fiel a los demócratas, no podría sentirse más atemorizado con un Donald Trump presidente (...) yo no veo un viraje latino hacia Trump, simplemente no lo veo". Es hora de cambiar sus gafas, estimado Jaime Bayly: los latinos se volcaron en votos por el magnate avenido a político al punto que un condado de Texas donde el 97 por ciento de sus habitantes son de origen mexicano, Trump ganó literalmente de calle. Asimismo, el voto afroamericano mostró un notable repunte a favor de Trump, un salto del 13 por ciento en esa comunidad respecto a las elecciones del 2016. ¿Por qué los latinos, a quienes Trump según Bayly ha amenazado con deportar, decidieron votar por el? ¿No será acaso amigo (bueno, ni tanto) Bayly, que los latinos que tienen sus documentos migratorios en regla como suponemos es el caso suyo, no tienen nada qué temer votando por el neoyorquino? Pero bueno, dejemos de lado a Oppenheimer y a Bayly, otrora prestigiados periodistas convertidos en dos clowns al servicio de los demócratas y quienes seguramente piensan que son los únicos hispanohablantes que comprenden el idioma inglés, cualidad que suponen ningún otro hispano tiene y por ello jamás se asomarán a programas como los de Joe Rogan ni tampoco consultarán a los vlogueros en inglés como Tim Pool, que refieren lo que realmente está pasando en la política norteamericana y no son meras marionetas manipuladoras de la opinión pública. Ustedes no son los únicos que hablan el idioma inglés ni en al comunidad latina tanto de Estados Unidos ni en el resto del continente. El karma-la ha caído sobre el Partido Demócrata. Y los demócratas son los únicos responsables, esta vez se han quedado sin argumentos. En esta ocasión Trump ganó el voto electoral y el voto popular y consiguió cico millones de votos más que Kamala Harris, ese mismo voto popular que Oppenheimer afirmó representaba un triunfo "a medias" para Donald Trump. Bueno, señor Oppenheimer, y de acuerdo a su propio criterio, en esta ocasión el triunfo de Trump fue completo, absoluto.
Forrest Gump
decía que
el estúpido es el que comete estupideces. Pues bien, es mometo de
hacer un brevísimo recuento que desembocaron en la derrota de Kamala
Harris; incluir la totalidad había terminado en voluminoso libro. El haber postulado a la presidencia a una mujer que, en primer lugar, posee un carisma bajo cero, que carece de tablas como oradora y que, peor aún, había quedado en el penúltimo lugar en las elecciones del 2020 y que salió de la carrera al no obtener un solo delegado, y pensar que pese a ello tenía posibilidades de ganar, es tan ridículo como pensar que podrás convertirte en millonario vendiendo sacos de arena a mitad del Sahara. Simplemente ello jamás sucederá. No es descabellado asumir que esta fue la primera vez que un partido político norteamericano postula a alguien que fue eliminado en las elecciones internas, pero esta vez sucedió debido a las nefastas políticas de género impuestas por sobre el mérito de una persona. Si los demócratas esperaban ganar la elección con una candidata impopular, tienen el cerebro más frito que un chicharrón. * A diferencia de Kamala, Trump jugó una brillantísima estrategia política que fue reclutar entre sus simpatizantes a quienes representan la esperanza y el futuro de los Estados Unidos. Vivek Ramaswamy, un hijo de inmigrantes de la India quien con su propio esfuerzo pasó a convertirse en multimillonario antes de cumplir los 30 años de edad; Elon Musk, el hombre más rico del planeta, símbolo de hasta dónde pueden llegar los inmigrantes si se lo proponen (¿habrá llegado este genio hasta donde llegó de haberse quedado en Sudáfrica? Dudoso), Tulsi Gabbard, quien renunció al Partido Demócrata, una mujer que estuvo en el Ejército y quien ha sido un ejemplo para miles de mujeres, igualmente demócratas, que se han sentido desplazadas por las élites de ese partido. Otro afortunado añadido fue Robert F. Kennedy, símbolo de esos demócratas, como su tío presidente, que imponía respeto incluso entre los republicanos. Ramaswamy, Musk y Gabbard son adultos jóvenes que pueden llegar todavía más lejos y representan, sin duda, un ejemplo para millones de norteamericanos. ¿Qué futuro proponía, en cambio, el lado demócrata? Ningún miembro del equipo de ese partido representa precisamente el futuro del país: ¿Nancy Pelosi, Bernie Sanders? Trump será casi un octogenario pero su equipo de trabajo no lo es, empezando por su vicepresidente Vance ¿Cuál es el partido que le está apostando al futuro de Estados Unidos? ¿Realmente los norteamericanos quieren verse representados en un avejentado Bruce Springsteen, despojado de toda testosterona, lastimosamente tratando de interpretar "Dancing in the Dark" en un mitin de Kamala Harris? Un error costoso, garrafal, por parte del equipo de campaña de Kamala Harris fue pensar que el apoyo de la prensa y las celebridades sería suficiente para garantizar la victoria. Nadie les recordó que, en primer lugar, los medios "informativos" son percibidos por la mayoría de los norteamericanos como poco serios y lamepatas de la causa demócrata? Por lo que toca a las celebridades, se trata de gente con poco o nulo contacto con la realidad. Los años en que una declaración suya bastaba para mover millones de votos a favor de un candidato están quedando atrás, entre otros factores, porque bueno, la gente de Hollywood se la pasa difundiendo fantasías y quiere hacerlas pasar por auténticas. El equipo de campaña de Kamala Harris apostó todo al apoyo de las celebridades y de la prensa. cuando lo que el pueblo norteamericano buscaba era respuestas ante su complicada situación económica, inflación, inseguridad en las calles y la aparición de grupos delictivos como el Tren de Aragua, que hasta antes de la llegada de Biden eran desconocidos en ese país. El norteamericano promedio está harto de que se le mencione la toma del Capitolio en la que tanto insisten Oppenheimer y Bayly, les interesa un carajo que Kamala Harris haya sufrido como parte de una minoría racial no podría importarle menos que su partido seguirá apoyando las políticas de identidad. La gente exigía respuestas, no más estúpido wokeísmo. La interrogante ahora es si los demócratas han aprendido la lección... y sus achichincles periodistas, empezando por los de los medios en español. La verdad, lo dudamos. Como dijera alguna vez el gran Hermenegildo López Torres, presidente del Partido Unico de los Pendejos: lo malo de ser pendejo es que a diferenecia de una cruda que se te quitará al día siguiente, seguirás siendo un pendejo el resto de tu vida COROLARIO OPPENHEIMERIANO: La respuesta a este último párrafo llegó antes de lo esperado. Andrés Oppenheimer culpa de la derrota de Kamala Harris ¡a las "noticias falsas" y nos dice cómo erradicarlas! ¿Pero cuáles "noticias falsas", don Andrés, acaso decir que la campaña política de Kamala Harris fue la peor de los demócratas en muchas décadas, o que los millones de dólares gastados en promoverla mediante apariciones en la TV, con mítines donde asistieron varias celebridades y con el respaldo casi unánime de los grandes medios, no le sirvieron ni para maldita la cosa? ¿Esas son "noticias falsas"? Nos queda claro: no aprendieron la lección. El fundador del PUP se sentiría, hoy más que nunca, reivindicado ante la prensa en español de Estados Unidos.
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