|
Otros textos de CINE
Haley Joel Osment: El Sonzo Sentido
La tonta del siglo: Rachel Zegler
Espejito, espejito: ¿por qué en Disney pululan
los pendejos?
Amazon compra a James Bond: será su peor y,
quizá, su último enemigo
Emilia Pérez:
apropiación cultural, prejuicios contra México... ¿dónde carajos
está la indignación del cine nacional?
Archivo
|
|
CINE

Galería de pendejos: Amazon "desarma" a
James Bond
Quitarle su pistola
a James Bond equivale a despojar a Supermán de su capa, al Chavo del
Ocho de su gorra o de su capucha a Batman. Pues bien, tras adquirir
la franquicia, Amazon "borró" le emblemática Walther PPK de la mano
de James Bond, lo cual demuestra que el departamento artístico de
esa empresa está conformado por necios y mentecatos. ¿Sobrevivirá el
superagente a su destino ahora que está en manos de Jeff Bezos?
Versión impresión
OCTUBRE, 2024. En relación a un artículo
publicado hace unos meses en fasenlinea respecto a
Las Vegas, un
amigo que recientemente visitó la urbe del juego hizo unas
observaciones al respecto: "Las Vegas ya no son lo que alguna vez
fueron, ya no es una ciudad para la clase media sino para los
millonarios, todo está carísimo, hay hoteles que te cobran hasta 300
dólares la noche y una méndiga botellita de agua te la venden a seis
dólares".
Mi amigo Carlos refiere que ni siquiera trajo souvenirs de allá, "tu
cuestan 20 dólares, es un total abuso", y dijo que la ciudad la
encontró más vacía que nunca. "Todo es culpa de los megacorporativos
que se han adueñado de la ciudad, ya no hay negocios locales ni
casinos manejados por particulares. Cuando Las Vegas era
administrada por la mafia tuvo su máximo esplendor; al final los
mafiosos eran gente que entendían y ofrecían la diversión que
buscaban los turistas... ellos también te esquilmaban, después de
todo ese es su negocio, pero también de vez en cuando te dejaban
ganar en sus maquinitas y sus casinos y procuraban estar al
pendiente de lo que exigía el turista, no te estafaban de manera tan descarada y cínica como los
gigantes corporativos que hoy manejan Las Vegas".
En una reciente entrevista con Joe Rogan, Lionel Richie refirió algo
similar: "El mundo de la música es hoy manejado por cinco
corporativos, y desde entonces hemos visto una baja considerable en
la calidad musical. Como juez en American Idol, veo cómo los
cantantes y músicos talentosos siguen ahí componiendo y creando
grandes canciones, pero hoy nadie los contrata a menos que se
apeguen a una fórmula que esos corporativos te imponen y a la cual
debes apegarte en todo momento. Cuando yo empecé mi carrera, las
disqueras también te desplumaban pero por lo menos tenías la opción
de irte a la competencia, y hoy eso no es posible, todos esos
conglomerados manejan criterios idénticos". (Ver entrevista completa
aquí, no tiene un solo segundo de desperdicio).
¿Qué duda cabe que los megacorporativos han convertido en mierda al entretenimiento? Cuando Disney adquirió LucasFilm, la persona quedó
a cargo fue Katherine Kennedy, productora ejecutiva de exitazos de
taquilla como
Indiana Jones. La mujer prometió ante George Lucas que
"respetaría" el legado y la esencia de la saga. Y vaya que la
respetó cuando mató a Han Solo, convirtió a la intrépida princesa
Lea (perdón, Generala Lea) en una ridícula caricatura volando
por el espacio y transformó a Luke Skywalker en un papanatas y un
cobarde que habría hecho a Obi Wan Kenobi a regresar del más allá para
patearle al trasero.
Otros caso, naturalmente, es el de El Señor de los Anillos,
al cual Amazon cambió el nombre la adquirir la lucrativa franquicia
para denominarla Los Anillos del Poder. Las nuevas historias,
incongruentes y con personajes aburridísimos, fueron saturadas con
un elenco multicultural --más bien, menos blanco y menos varonil;
los actores caucásicos o bien son unos idiotas o son los villanos--
lo que se tradujo en la debacle de la saga, la cual incluso
desapareció del catálogo de Amazon Prime.
Cuando ese mismo megacorporativo finalmente adquirió EON
Productions, propietaria de James Bond, los fans de la saga
encendieron las luces de alarma. Barbara Broccoli ya había cedido
mucho terreno a la presión cuando insinuó que el excéntrico inventor
Q era gay, que James Bond era un alcohólico y que en la última
entrega prácticamente pasó a ser un personaje secundario dentro de
su propia película. Todavía meses antes de la adquisición, la señora
Broccoli había advertido: "James Bond siempre será hombre y siempre
será británico".
Y como para tranquilizar a los fans, Jeff Bezos publicó un tuit con
la pregunta "¿quién les gustaría que fuera el nuevo Bond?" Lo que el
calvo magnate jamás preguntó fue "¿cómo les gustaría que se
promocionara a James Bond de hoy en adelante?", pues ahí tomó la
decisión sin consultar a nadie.
Amazon Prime comenzó a anunciar las películas de James Bond con una
curiosa variante: los emblemáticos carteles del superagente
mostraron, o más bien no mostraron, un elemento indispensable del
personaje, el equivalente a un día despojar de su gorra a El
Chavo del 8: su pistola automática Walther PPK.
Es así como hoy vemos a Pierce Brosnan en el cartel de GoldenEye
ya sin el arma pero con el brazo y los dedos hacia arriba como si
estuviera filosofando, o bien el póster de Dr. No donde vemos
a Sean Connery sin su característica arma, con lo cual pareciera
estar haciendo señas de cholo, de esos que "rifan" en su barriada.
En otros carteles, como es el caso de Moonraker, se hizo un
acercamiento a la imagen de Roger Moore para que su arma quedara
fuera d epoco, el rostro del ya fallecido ex Santo es de sorpresa,
como si se preguntara a dónde chingaos se llevaron su Walther PPK?
(Moore aborrecía las armas de fuego y dijo que le disgustaba
enormemente utilizarlas en cada película... no es descartable que,
de seguir vivo, Moore quizá habría estado de acuerdo con la decisión
de Amazon).
¿De quién carajos fue la idea de "borrar" con Photoshop la
pistola a un agente secreto a quien la Reina otorgó licencia para
matar, y no precisamente a puñetazos
Naturalmente, de gente que detesta la saga o, al
menos, tiene ideas preconcebidas, sin idea de cuál es la esencia del
personaje. Para ellos, Bond es un machista que odia a las mujeres y
por ello debe ser emasculado, así sea simbólicamente, quitándole su
pistola en los carteles promocionales. No se dude que la decisión
haya sido tomada por un grupo de feministas no-binaries, de
gruesos anteojos y sobrepeso, con eterno rictus de amargura, es
decir, lo opuesto a Barbara Bach, Corinne Clery, Sophie Marceau,
Maud Adams y otras chicas Bond que emanaban femineidad y encanto.
Esa decisión es de imbéciles superlativos,
de gente soberbia que se cree con derecho a modificar la historia a su
antojo, una pendejada similar a "borrar" la pipa e Sherlock Holmes o
el puro a Columbo porque ambos detectives fomentan el tabaquismo.
 |
De maestro
a pupiles: En una foto aparece a la derecha Nikolhai Yezhov,
colaborador de Stalin, para luego literalmente "esfumarse".
De eso a lo que Amazon hizo con James Bond NO hay
diferencia alguna |
Esta burda reinterpretación fotográfica, por
supuesto, no es nada nuevo, y uno de quienes la puso en práctica fue
¿quién más? José Stalin. Una de esas imágenes muestra al sátrapa a
orillas del Río Moscú caminando al lado de Nikolhai Yezhov, un
cercano colaborador quien luego sería víctima de las "purgas" del
tirano al cual la Enciclopedia Británica sigue llamando "Mariscal".
En las imágenes subsecuentes Yezhov "desapareció" y ya nunca se supo
más de él, ya fuera en fotografías o en su vida.
Otros ejemplos más recientes se dieron con las portadas de discos
emblemáticos: en la edición original del Abbey Road, Paul
McCartney lleva un cigarrillo en la mano derecha el cual fue
"borrado" en ediciones posteriores: en otra portada del disco
Old Friends de Simon and Garfunkel, a
Paul Simon le fue
"arrebatado" con Photoshop su cigarrillo en la mano derecha con lo
cual parece estar chasqueando los dedos. El mismo Simon consideró
esa alteración "ridícula y obsequiosa".
En comparación, esos son pecadillos leves aunque alteren el contexto
histórico de esas imágenes dado que ni las letras ni el material de
esos álbumes fue censurado, aunque haya fotos donde se ve a
Paul
McCartney a a Lennon fumando mariguana y a nadie se le ha ocurrido
retocarlas. Pero en el caso de James Bond, eliminar el arma de fuego
en los carteles es una mayúscula estupidez dado que llevar un arma
es la esencia del personaje. ¿Qué sigue, eliminar todas las escenas
donde el superespía emplea un arma o la lleva a cuestas?
Esas películas recortadas, además de insípidas,
durarían 40 minutos si mucho, y mucho menos si también se decide
"eliminar" las escenas donde Bond se lleva a su coprotagonista a la
cama, si bien el coito apenas y se insinúa en estas películas, casi
siempre de manera humorística ("creo que está intentando un
reingreso", dice Q cuando Bond es descubierto con su estelar
pasándosela bien con su coestelar a bordo de una nave en 007 Misión
Espacial).
Desde ultratumba,
Albert Broccoli y Harry Saltzman se carcajean de Amazon
Por cierto, y hablando de coestelares --las "chicas Bond", pues--
todas ellas fueron igualmente "retocadas", mejor dicho, eliminadas, en
los pósters promocionales de Amazon Prime. Los idiotas que tienen
hoy en sus manos la valiosísima franquicia de James Bond dejaron fuera
a las mujeres en al promoción de una película pese a autodeclararse
partidiarias del feminismo y el empoderamiento. ¡Pero momento! En
esas películas, las mujeres eran meros objetos sexuales y nunca
mostraban inteligencia, además de ser blancas!
Es paradójico, pero los productores Broccoli y Saltzman en su
momento causaron controversia por las decisiones que tomaron en
torno a las películas de Bond (su relación se rompíó en 1973 pero
Broccoli se mantuvo como productor ejecutivo hasta su muerte en
1996). Dr No, la primera cinta de la saga, fue de las
primeras en presentar actores negros en roles estelares, y si bien
perfilan a uno de esos actores como ignorante, en la cinta
Vive y Deja Morir, el hijo de ese personaje tiene un rol preponderante en la
historia.
¿Y qué mejor "empoderamiento" que ver a Ursula Andress en esa misma
película enfundada en un bikini escandaloso para la época y que
provocó que muchos espectadores se marcharan de la sala? Hubo otros
tantos que también se salieron al ver estelares negros pero a
Broccoli y a Saltzman ni pudo importarles menos pues ya habían
pagado su boleto de entrada.
En Goldfinger, una de las mejores películas de la saga, Pussy
Galore encarna a una mujer claramente lesbiana que pone en aprietos
al superespía. No han faltado los ociosos y las ociosas que se
quejan que al final la protagonista, aparte de llevar un nombre
"sexista", sucumbe ante los encantos de Bond, algo predecible cuando
Bond es el protagonista de la historia y, como se sabe, en una
película del espía de los 60, la chica Bond moría a manos del
enemigo o moría por ser villana; su única manera de sobrevivir era
enamorándose del protagonista.
En Desde Rusia con Amor --donde aparece Pedro Armendáriz-- la
protagonista es una espía soviética de aguda inteligencia cuya
misión es enamorar y liquidar a Bond. Al final Bond se queda con
ella ¿Pero qué otro final podía esperarse en tiempos de la guerra
fría, acaso alguien especuló que Bond pasaría a estar al servicio
del Kremlin?
En la cinta Al Servicio de su Majestad --la única con George
Lazenby en el rol estelar-- Bond se enamora de una mujer
independiente, audaz y de aguda inteligencia la cual muere a manos de
Blofeld el mismo día de la boda, dejando devastado a Bond, quien
hasta entonces parecía invencible. Y es cierto que en la siguiente
película Los Diamantes Son Por Siempre (1971) la protaganista se pasa
de tonta, Broccoli y Saltzman nuevamente crearon controversia cuando
Blofeld aparece vestido de mujer, algo escandalosísimo para el
momento en que la película fue estrenada.
En Vive y Deja Morir, la sensual actriz
Gloria Hendri encarna a una agente de la CIA, eso
cuando se consideraba que las negras únicamente podían recibir
coestelares en películas del género blaxploitation. De hecho, el
productor Broccoli procuró que desde el principio aparecieran
monorías raciales en el elenco y exigía incluirlos cuando se
redactaban los guiones, de ahí que hayamos visto en roles
importantes al mexicano Pedro Armendáriz y a actores de origen chino
y japonés prácticamente desde la primera entrega.
De acuerdo a lo dicho por Roger Moore en su libro
Bond... James Bond, Broccoli afirmó estar "obsesionado" por los
traseros femeninos --algo que le valdría hoy la "cancelación"
inmediata-- y los incluyó en breves escenas en varias de sus
películas. Pero sin asomo de duda Broccoli y Saltzman fueron
pioneros en presentar actores de diferentes etnias, sobre todo
porque las películas se filmaron en varias locaciones alrededor del
mundo.
En La Espía Que Me Amo, la chica Bond es una espía soviética
que incluso avergüenza a Bond frente de su jefe M y quien, lejos de
ser mero adorno, también utiliza una pistola para liquidar enemigos,
esto para quien piense que lo hecho por Ana de Armas en XXX fue un
hecho inusitado.
Las subsecuentes chicas Bond dejaron de ser meros objetos: una
especialista de la NASA que a su vez era agente de la CIA (Moonraker),
una experta en física nuclear (Denise Richards en El Mañana Nunca
Muere, aunque eso nadie se lo creyó) una mujer inteligentísima
que incluso traiciona a Bond (Eva Green en Casino Royale),
una espía china que le lleva un paso adelante a Bond a lo largo de
la película (Michelle Yeoh en El Mañana No Basta), otra brillante
agente de la CIA que le grita "perra" a su enemiga tras encajarle
una daga (Hale Berry en Otro Día Para Morir).
Si algún estudio dio enorme proyección a los roles femeninos
el último cuarto de siglo fue EON Productions. La diferencia con
la porquería actual donde la inclusión es forzada, esos estudios
lo hicieron con sutileza: ¿cuántos de nosotros no sonreímos con agrado al ver que ese afroamericano callado que ayudó a Bond a
mantenerse en la mesa del juegho en Casino Royale era Felix Leiter, y
cuántos de nosotros nos dimos cuenta, ya de rato, que la nueva Moneypenny ya no era
una mujer blanca?
La gente ignorante en torno al desarrollo de James
Bond ha tachado de "propaganda anticomunista" a las películas del
agente cuando lo cierto es que si bien los entonces soviéticos eran
vistos como los malos, éstos y los británicos sentían respeto mutuo
al punto que en ocasiones la KGB y el M16 trabajaron conjuntamente
para enfrentar a un enemigo común. La única vez que un alto
funcionario soviético cayó abatido no fue en manos de Bond sino de
un soldado ruso, quien lo acribilló por traidor, mientras que en
GoldenEye, el ministro de Defensa ruso es asesinado por un
traidor de su gabinete frente a los ojos de Bond. Muchos soldados
rusos de tropa murieron en enfrentamientos, pero en ninguna cinta de
la saga hubo un enfrentamiento directo entre Londres y Moscú.
Finalmente: ¿qué busca hacer Amazon con el nuevo Bond? ¿Sustituir
el uso de pistolas por resorteras, que M ordene a Bond en adelante
aplicar aquello de "abrazos no balazos" contra sus enemigos?
La películas de Bond son fantasía pura y escapismo. Ver en la vida
real a alguien con una arma en la mano asustaría a cualquiera, pero
verlo en la pantalla nos causa emoción porque, vaya, James Bond fue
es y será siempre personaje ficiticio.
AL CALCE: Ante las masivas protestas, Amazon
"restituyó" el arma de fuego de Bond en los carteles promocionales,
sin duda temeroso de un posible boicot como el que puso de rodillas
a Netflix ante la brutal fuga de suscriptores que ha sufrido la
plataforma las últimas semanas en protesta por presentar contenidos
no-binarios en programas dedicados al público infantil. Por cierto,
en ninguna otra película donde el protagonista aparece portando
armas de fuego (Antonio Banderas en Desperado, Anna La
Profesional, con Helen Mirren, Keanu Reeves en John Wick, Men
in Black, Samuel L Jackson en Shaft, Miss Bala y
Zombieland, todas ellas disponibles en Amazon Prime) fueron
"borradas" de los carteles promocionales.
Pinches hipócritas.
Textos relacionados
Amazon compra a James Bond: será su peor y,
quizá, su último enemigo [Marzo, 2025]
¿Desea opinar sobre
este texto?
oscar_maderecho@gmail.com
ofmart@hotmail.com
0 opiniones
© copyright, Derechos Reservados, 2019 |