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mata economías
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Acapulco... pero todo es culpa de los fifís
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un espejismo
Porfirio Muñoz Ledo 1933 - 2023
Si ya sabían cómo era... ¿para qué lo hicieron
presidente?
La ley antitabaco, antesala de más libertades
que iremos perdiendo en México
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NACIONAL

Vaya, vaya, luego que ya le
sirvieron a López Obrador, es hora de destruirlas
Un
presidente que dice defender la democracia no busca cambiar las
leyes sino hacerlas respetar, y en tal sentido López Obrador queda
muy mal parado. Y aunque está a punto de irse de, la semilla de
autodestrucción de México ya quedó sembrada y seguirá creciendo en
caso que Morena retenga el poder el próximo sexenio
Versión impresión
MARZO, 2024. Parece increíble pero el sexenio
del señor López Obrador se acerca al final, aunque no necesariamente
significa el final de la pesadilla "progre" al interior del gobierno
federal que, lo podemos asegurar, empeorará en caso que Claudia
Sheinbaum gane la presidencia pues las "políticas de género" se
agudizarán (y quien ose criticar a la mandataria será acusado de
misoginia"... ya lo veremos). Por ello el señor se apresuró a enviar
al Congreso 11 iniciativas que aparentemente no pasarán en el
Senado... pero ese es el plan: utilizarlo como argumento para así acusar
a la oposición de ser "enemiga" de México.
Queda claro a estas alturas de su sexenio que el señor López no está
conforme con la destrucción de esa democracia que él aprovechó con
fruición pero, ya en el poder, es momento de sabotearla y
destruirla. Una técnica típicamente izquierdista por cierto. ¿Qué
fue lo primero que hizo Hugo Chávez en cuanto alcanzó el poder?
Cambiar el Constituyente, echar abajo los procesos electorales
vigentes y convertir al Instituto Electoral de Venezuela --el
equivalente del INE mexicano-- en un mero membrete donde sus altos
delegados fueron impuestos por el chavismo y destruir la estructura
parlamentaria en el entendido que es "obsoleta" y hay que
"adecuarla" a los nuevos tiempos, es decir, mandar a la basura a la
democracia como se hace con el envase vacío de un producto que ya
consumimos.
Empecemos por la propuesta del señor López para desaparecer a los
plurinominales, modalidad impuesta durante el sexenio de López
Portillo para dar al mundo la apariencia de "apertura democrática"
en México. Desde entonces los plurinominales, ciudadanos que no
fueron electos pero que cubren las cuotas de los partidos políticos
y que desde entonces han servido como "bisagras" para impulsar o
descarrilar la aprobación de iniciativas de los legisladores que sí
fueron electos, le fue muy útil al señor López, primero como
perredista y ahora en Morena.
Como muestra de esa doble moral tenemos esta declaración del actual
presidente realizada en el 2005 y exhumada recientemente por el
diario Reforma: "Con la pretendida desaparición de los diputados
plurinominales volveremos a los tiempos del sablazo donde los
partidos grandes devoraban e inmovilizaban a los partidos más chicos
y les imponían su voluntad (...) la eliminación de los
plurinominales representa el retorno a los tiempos más oscuros del
totalitarismo". Vaya, vaya, aparentemente los plurinominales
entonces eran unas vacas sagradas pero ahora que López está en el
poder hay que enviarlas al matadero.
Por supuesto que los plurinominales han causado más daños que
beneficios y representan barriles sin fondo donde millones de pesos
son tirados a la basura en jugosas percepciones otorgadas a gente
que ni siquiera se esforzó para realizar una campaña política. Pero
ahora, y en caso que desaparezcan, le será más difícil a la
oposición enfrentar a Morena en caso que retenga el poder dado que
se tendrá una condición ventajosa porque algunos de sus legisladores
sí fueron plurinominales y en el futuro ya no tendrán que enfrentar
a los plurinominales de oposición.
La otra propuesta que va dirigida a destruir la democracia mexicana
la tenemos con la intención de que los jueces y los magistrados sean
electos mediante voto popular, esto luego del coraje del tabasqueño
porque varias de sus iniciativas, entre ellas el virtual
desmantelamiento del IFE y la ruinosa reforma eléctrica, se toparon
con la oposición de la Suprema Corte, que la declaró
anticonstitucional. ¿La reacción? Que sea "el pueblo" (de decir, lo
que convenga a sus intereses) el que elija a los magistrados, medida
que por cierto, no aplica en la mayoría de los países con sistema
democrático donde los jueces son propuestos por el Ejecutivo y
aprobados por los jueces, es decir, se escoge a uno igual entre
iguales.
"La elección de los jueces de la Suprema Corte es el único de los
tres poderes de la Unión donde el voto popular queda fuera y es por
una razón", explica el abogado Julián Montes, entrevistado por
fasenlinea. "El Poder Judicial es el contrapeso más efectivo para
evitar que un gobernante se convierta en un autócrata", y refiere
que "si la elección de los magistrados queda fuera del sufragio
popular se da por un razón; no es un capricho impuesto por las
oligarquías como parece decirnos López Obrador".
Además de eso, añade, "estaríamos creando otro monstruo burocrático
para la eleeción de los magistrados con más gasto público en sus
campañas, la infraestructura electoral, todo esto en unos procesos
electorales que ya nos están saliendo carísimos... lo que menos
necesitamos es que a los espacios electrónicos, de por sí saturados
de propaganda electoral, se agregue la imagen de candidatos a jueces
que digan ¿voten por mí, voten por mí'".
Y la razón es muy sencilla, concluye: "la función de los jueces es
limitar los otros dos poderes mediante la estricta aplicación de la
Constitución y, como sabemos, si mucho el uno por ciento de los
mexicanos conocemos a fondo la Constitución. La propuesta del
presidente indica que no está conforme con el enorme poder que ya ha
acumulado, quiere más y más. Y como lo demuestra el caso de
Venezuela, una vez que los jueces son sometidos por el Ejecutivo, el
siguiente paso es un gobierno autoritario".
Añade: "Los jueces no deben ser electos por voto popular, casi
ningún país con un sistema democrático lo hace dado que para el
Ejecutivo sería relativamente fácil comprar el voto para escoger a
los magistrados. Y si ya vimos que al elegir legisladores con el
voto no garantiza un buen trabajo ¿quién nos garantiza que ello sí
ocurrirá eligiendo a los magistrados mediante el voto popular?"
En otras palabras, el presidente López quiere desprestigiar y
sabotear al único poder que se le ha enfrentado y ha detenido varias
de sus iniciativas, entre ellas una reforma al INE que lo habría
convertido en otro organismo sumiso; los magistrados no son sus
fieles sirvientes y por ello los cataloga como "fifís", faltaba más.
Por fortuna, los especialistas dan como un hecho que las 11
iniciativas enviadas por el tabasqueño a las Cámaras no serán
aprobadas, por lo menos en lo que resta de su sexenio, pero este
claramente es un "ai te encargo" del señor López a Claudia Shimbaum,
según el abogado Montes: "La izquierda no cesará en ese objetivo para hacerse de
ese poder y lo estamos viendo en Chile, donde pese a haber sido
vapuleada hace año y medio, ya se está machacando de nuevo la idea
de un 'nuevo constituyente' por parte del gobierno de Boric".
Lo más indignante, dice finalmente el abogado Montes, "es esa asquerosa doble moral
del lopezobradorismo que hoy busca destruir la democracia que a él
lo llevó al poder. Anteriormente tomar las calles, como él lo hizo
bloqueando el Zócalo por dos meses, era un acto loable, pero quienes
se manifestaron en varias ciudades mexicanas son fifís. Al señor le
urge destruir las estructuras que le permitieron llegar al poder, y
júrenlo ustedes que si no lo consigue este sexenio, lo hará en el
siguiente; es ingenuo pensar que si Sheinbaum llega al poder, el
señor se irá tranquilo a descansar a Tabasco..."
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