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Cleopatra, a cinco
décadas de su estreno
El cómo una película
detuvo en seco a las superproducciones hollywoodenses y cómo desde
entonces ha habido una revalorización en torno a este
larguísimometraje estelarizado por Elizabeth Taylor y Richard Burton.
Exhumemos el asunto vía DVD
Cleopatra the DVD Edition
Elizabeth Taylor, Richard Burton, Rex Harrison, Roddy McDowall
Dirigida por Joseph L. Mankiewiz
Twientieth Century Fox/1963
JUNIO, 2013. El
boom económico de los años cincuenta dio oportunidad a Hollywood para financiar las llamadas superproducciones, esos que ahora llamamos megaestrenos. Sin embargo, la pompa entre ambas no se compara: las primeras eran proyectos que costaban millones de dólares, muchos más que los actuales con todo y la depreciación de la moneda de Mr. Washington. Tanto el público como la prensa pasaban días
en vilo en espera de noticias sobre estos megafilmes, especulaban, y cuando por fin salía una fotografía que anticipaba el estreno, ésta aparecía en todas partes y era motivo de comidilla.
Al darse el estreno, largas filas s formaban a las afueras del cine --aún no existían los multiplex-- y gente soportaba el calorón, una nevada o un aguacero sin
importarle gran cosa mientras pudiera ver l cinta. Era un negocio ideal, redondo: los estudios ganaban millones de dólares, el público quedaba satisfecho y los reporteros tenían un tema del cual escribir. Y es que en su
momento, las megaproducciones se antojaban infalibles dado su carácter redituable.
Y entonces llegó Cleopatra. El éxito de Ben Hur, Espartacus.
La historia más grande jamás contada y Moisés, entre las más célebres, daban cuenta de enormes taquillas con protagonistas relativamente desconocidos. Imagínense si se abordara a la mujer más célebre de la historia antigua y a alguien que, después de Julio César, a Marco Antonio, una representación impecable del
espíritu del Imperio Romano. Y eso no era todo: se había logrado la firma de dos de las figuras del cine más importantes del momento, y amantes en la vida real, según la chismorrogía de la época, Elizabeth Taylor y Richard Burton quienes, sin embargo, tenían a sus propias parejas.
Twentieth Century Fox, los estudios que se aventaron el rodaje de Cleopatra,
desembolsaron para la aventura un total de 35 millones de dólares, cifra inusitada y escandalosa para la época (actualmente
vendrían siendo unos 430 millones, y aún nos suenan escandalosos). Y además se pondría como director a Joseph
L. Mankiewiz, quien ya había estado detrás de otras superproducciones. ¿Y qué más? Los extras, alrededor de 2 mil, elefantes, tigres y un set que por si solo había consumido casi cinco millones de dólares. "Es un proyecto
arriesgado pero esta es también una industria donde es común asumir riesgos!, dijo
Manciewiz a la revista LIFE. Los expertos daban por consumado que, aun antes de ser estrenada,
Cleopatra tenía asegurado un lugar entre las contendientes al Oscar como Mejor Película.
Así pues, el 7 de junio de 1963, Cleopatra fue estrenada en Estados Unidos (a México llegó a principios de agosto). Las colas fueron largas pero poco a poco comenzó a brotar la opinión de quienes la habían visto: era una cinta larga, tediosa, con un guión tedioso y donde los únicos que parecían pasársele bien eran Burton y Taylor con besos que estaban muy lejos de ser actuados. En
Cleopatra, agregaban, ocurría todo y no ocurría nada; su duración sobrepasaba las 3 horas --la versión original contenía una hora y cuarto más-- y, para colmo, los estudiosos encontraron una catarata de
errores históricos en la película, el más frecuente, que la
"extraordinaria belleza" de Cleopatra quedaba muy remota de los estándares al respecto en el siglo XX, por lo que la soberana estaría lo más lejos posible de parecerse a Elizabeth Taylor.
Efectivamente, Cleopatra recibió nominaciones al Óscar, pero estuvo muy
por debajo de lo que se esperaba. La taquilla fue inclemente. El estreno ciertamente llenó las salas pero el efecto se fue diluyendo y en muchos lugares tuvo que se
retirada antes de tiempo; el propio director Mankiewiz ya nada quería saber de la película a los pocos días de la
premiere en Londres a la cual, por cierto, asistió Taylor,
quien más tarde reconoció que, al concluir, "tuve que ir corriendo al baño pues me había descompuesto del estómago". El Óscar
tampoco llegó (lo haría tres años después con Who´s Afraid of Virginia
Woolf?) al tiempo que los estudios empezaron a anegarse financieramente. La era de las superproducciones había terminado.
Sin embargo con el tiempo ha habido quienes intentan reivindicar a Cleopatra. Entre otros argumentos, marcan que ese filme se liberaba del "rigorismo histórico", algo que ampliaba las posibilidades de traer más público, en especial aquél que detestaba esa materia, el derrumbe del "star system" donde los actores eran esclavos de los estudios con contratos leoninos y el real inicio de los años sesenta; junto con el asesinato de John F. Kennedy meses más tarde.
Con lo anterior y al hecho de que Cleopatra ya haya cumplido medio siglo de su estreno. ¿Conviene rentarla? Si se cuenta con una larga tarde de domingo, sí. La ambientación es extraordinaria, igual que la música y, si anda uno poco exigente, se trata de una película que divierte si bien ya, por obvias razones, se
ve ingenua en muchos sentidos. Réntela también por Richard Burton, uno de los mejores actores de su generación.
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