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Un clásico
políticamente incorrecto cumple 20 años
En esta película
estelarizada por Michael Douglas, todas las frustraciones del personaje
se convierten en una sola y lo llevan a terrenos de desquite con los que
la mayoría de nosotros solo fantaseamos. Este es un nocaut a la mordaza
políticamente correcta que está a punto de llegar a las dos décadas
de su estreno
Falling Down
Michael Douglas, Robert Duvall, Barbara Hershey, Rachel Ticotin
Dirigida por Joel Schumacher
Alcor Films.Canal +/1993
ENERO, 2013. Recientemente el columnista Jonathan V. Last publicó un listado de los "guiones inteligentes" que se dieron en los años noventa, entendiéndose el término no como una película sermonera pero que al mismo tiempo evitaba caer en el humor simplón de gente como, digamos, Adam Sandler lo hace actualmente. En tal sentido Last expone dos ejemplos prístinos: una es
Groundhog Day, protagonizada por Bill Murray, y la otra es Falling Down, que por acá le dieron el nombre de Un Día de Furia. Naturalmente que el humor entre ambas tiene sus bemoles, pero al final se trata de una
vertiente de un Hollywood que aún no sufría el embate directo de lo políticamente correcto ni tampoco parecía preocuparse mucho por lo que iban a estrenar los estudios competidores ese mismo fin de semana. Aboquémonos en esta ocasión a la segunda película (Groundhog Day, por cierto, también cumple este año dos décadas de haber sido estrenada).
Hay que hacer notar dos cosas, una que la premiere se pospuso cuatro meses debido a los recientes desórdenes que se habían dado en Los
Ángeles tras el veredicto en contra de Rodney King y, segundo, que el director Schumacher se negó originalmente a dirigirla hasta que se le hicieron algunos ajustes al guión. Schumacher, quien es gay, exigió que al neonazi que aparece ahí y que desea la muerte "a los maricas", recibiera un merecido más drástico al de la historia original, donde el personaje solo era golpeado severamente.
Douglas caracteriza a un tipo al que identificamos como D-Fens, que es el nombre de la placa de su automóvil, el cual deja a mitad de una autopista en un día extremadamente caluroso y desesperante. Ese parece ser un incidente, nimio en una ciudad tan complicada como la urbe angelina. Pero D-fens es un empleado que se ha hartado de un trabajo sin esperanzas, y lo único que quiere es ir a ver a su hija en su cumpleaños, prometiéndose a sí mismo que nada la impedirá lograr su propósito. Pero pronto se dará cuenta que ese
no-matter-what habrá de llevarlo por un camino inimaginado; todas las frustraciones de su vida se han convertido en una sola, una ruta que, él mismo reconoce, "ha rebasado el punto de no retorno..."
D-fens encuentra en su recorrido a una serie de personajes a los cuales el espectador alguna vez ha sentido ganas enormes de patearles el trasero: unos pandilleros chicanos a quienes su intento de venganza les sale peor; un tendero coreano que se niega a dar cambio forzando al cliente a comprar otra cosa, el petulante encargado de un restaurante
fast-food que se niega a servir el desayuno aunque apenas hayan pasado dos minutos del límite, el vago de un parque --el McArhur Park, inmortalizado en una canción por Jimmy Webb y luego por
Donna Summer-- que se siente con derecho a que la sociedad lo mantenga, un neonazi repugnante y, en una memorable escena de humor negro, un golfista fúrico porque D-fens se mete al campo y quien termina por sufrir un ataque cardiaco, "usando ese sombrerito idiota", le dice nuestro protagonista.
El detective Pendergrast (Duvall) va recogiendo todos esos incidentes hasta suponer que se trata de la misma persona, alguien que por su propio pie entra a
gangland, la zona de pandillas más peligrosa de la ciudad. Ese es el último día de trabajo de Pendergrast, quien por años ha resistido la presión de su esposa, quien desde que perdieron a su hija sufre crisis maniaco-depresivas.
El punto más interesante de Falling Down es que D-Fens no es el villano de la historia pese a que al final éste se pregunta, entre extrañado y asombrado, "¿entonces yo soy el tipo malo?" Simplemente es alguien que decide llevar a cabo algo que la mayoría de nosotros solo imaginamos hacer. Por lo demás, podemos considerar que estamos frente a un clásico que este febrero cumplirá dos décadas de su estreno.
Aún no aparece la edición BluRay pero en el formato DVD incluye entrevistas con Duvall y una versión del director Schumacher donde éste va contando detalles adicionales de la cinta, la cual
milagrosamente logró escapar a la mordaza políticamente correcta, la cual haría prácticamente imposible haberla estrenado en nuestros días.
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fasenlinea@yahoo.com
oscar_maderecho@gmail.com
1 opiniones raul_quiroz
escribe 17.01.13 Hay una
parte de esta película que también es bastante interesante y es cuando
el protagonista se acerca a unas obras en reparación de un camino que
lleva décadas y dice "sé cómo funciona esto, ustedes alargan el
trabajo para seguir cobrando sin hacer nada" y luego saca un
mortero ante un empelado que nomás está de haragán, luego se acerca
un niño y le explica al protagonista cómo funciona el mortero y le
dice que sabe "porque lo vio en televisión". Esta película
es magnífica, le pega a todos y no se anda por las ramas, a 20 años
del estreno de esta película vemos que muchas escenas no serían
aprobadas hoy por la censura políticamente correcta, pero yo la tengo
en DVD y nunca me canso de verla |