Otros textos de Internacional

Minneapolis de nuevo. Y por supuesto, la culpa es de Trump

La coalición Trump-Putin fue puro cuento, pero sus autores (léase Obama) seguirán tranquilitos

¿Y cómo va su día con ese aumento a los mínimos, amigos californianos?

La izquierda siempre será hipócrita: Alexandra Ocasio-Cortez

Pese a este logro histórico, no esperemos un Nóbel de la Paz para Trump

Archivo

 

 

 

 

 

INTERNACIONAL

Cuando la mediocridad naufraga: el patético caso de Kamala Harris

Su candidatura costó a los demócratas la presidencia, el Senado, la Cámara de Representantes y será recordada como una de las campaña más ridículas en la historia de Estados Unidos. Con su nuevo libro, se esperaba que Kamala Harris hiciera un examen de conciencia, pero no: todos fueron culpables menos ella. Lo innegable es que, con su derrota, ese país se ahorró cuatro años de estulticia pura

Versión impresión

SEPTIEMBRE, 2024. El Temach es hoy uno de los personajes más célebres de las redes sociales, sobre todo por explicar a los varones en qué consiste el juego de las "morras" (así les llama) "para siempre salirse con la suya". En uno de sus monólogos, El Temach advirtió: "jamas gasten tiempo y saliva en hacer comprender a una morra cuando la ha regado pues ella te hará la vida imposible porque, para una morra, tu eres la razón de que ella la haya regado".

Estamos ya a ocho años de que Hillary Clinton perdió la elección presidencial contra Donald Trump y la mujer sigue traumada, acusando a los "deplorables" y, faltaba más, al "machismo" que según ella permea a la sociedad norteamericana simplemente porque no votó por ella. Pero cuando parecía que doña Hilaria se había cansado de
patalear ¡voilá! Kamala Harris anuncia al mundo la aparición de un libro donde cuenta "su verdad" acerca de la elección, la cual perdió de una manera tan humillante para los demócratas como no se veía desde 1984.

El libraco lleva por título 107 Days (107 Días) para indicar los días que duró su campaña presidencial. Por supuesto que la promoción del mamotreto incluye visitas a los principales programas de TV, entrevistas, las infaltables portadas de las desprestigiadas revistas liberales y, naturalmente, una gira por todo el país y a la cual podemos predecir será más corta de lo que espera la fallida candidata dada la escasa asistencia. A muy pocos norteamericanos importa lo que Kamala Harris les tenga qué decir, o lloriquear.

Sin embargo, aparentemente, ha habido medios liberales que han optado por ya no seguir el juego a tan nefasta señora: la revista Politico, que nadie podrá jamás acusar de ser simpatizante de Trump, señaló que el libro de Harris es "un mundo alterno" y recomienda a la fallida candidata que "regrese a la vida privada".

Es comprensible esa respuesta: todos esos medios apostaron sus canicas por una candidata que era la versión norteamericana de Cantinflas y apenas podía articular una frase coherente, al perder la elección esos medios igualmente perdieron mucho, o el poco prestigio que les quedaba. Hoy, la prensa tradicional liberal casi no guarda las formas para mostrar su desprecio respecto a Kamala Harris. Únicamente la televisión sigue siendo tan besapiés hacia Kamala como cuando Joe Biden la escogió para vicepresidente.

Luego de la hecatombe del pasado noviembre, muchos de estos medios atraviesan por serios problemas, económicos, no solo porque las redes sociales los han dejado en la inopia sino porque ya nadie les cree, "ya ni para manipular sirven", como atinadamente ironiza Agustín Laje.

El ascenso político de Kamala Harris es una muestra clara, irrefutable, de cómo las llamadas políticas de identidad, más conocidas como DEI, promueven la mediocridad sobre el mérito con el color de piel como excusa, de ahí que hoy tengamos películas, series de TV y educación de pésimo nivel. Es increíble cómo el Partido Demócrata apostó la presidencia con una mujer sin talento político, sin capacidad de expresarse, sin poseer carisma, elemento indispensable cuando buscas un puesto de elección popular. Y peor aún, Kamala fue electa candidata prácticamente por dedazo pasándose por al arco los mismos estatutos del partido.

Ese mismo partido y sus medios achichincles quisieron vender la farsa de que Kamala Harris era afroamericana cuando su padre era originario de Jamaica y definiéndola como alguien que "entendía como nadie las necesidades de la población afroamericana", sin aportar evidencia alguna de ello, como igualmente ocultaron el hecho que Kamala Harris hubiera pasado una buena temporada en Canadá. Y contra la idea de que los votantes son estúpidos de capirote, prácticamente nadie se tragó tamaña falsedad.

Aquí mismo en fasenlinea advertimos semanas antes de la elección, que Kamala Harris tenía garantizada la derrota. Su campaña hizo volar más de un billón de dólares en poco más de tres meses y pagó un millón a la conductora Oprah Winfrey para resaltar, infructuosamente como luego se vería, a una mujer repudiada y que le fue impuesta a los votantes demócratas. ¿Qué acaso no había mujeres dentro de ese partido con más cualidades e inteligencia que Kamala Harris, era ella la carta más fuerte que tenían para competir contra Donald Trump? (Y, por favor, "analistas" de este lado: Michelle Obama nunca habría sido postulada, en principio porque jamás ha ganado un puesto de elección popular y, bueno, su maridito tiene bastante mugre guardada bajo la alfombra).

Uno pudiera esperar que tras su vergonzosa y catastrófica derrota, Kamala Harris se iría a casita luego de realizar un análisis de conciencia; es lo mejor que puedes hacer cuando los electores te rechazan de una manera tan categórica. Pero no: bien lo dice, el Temach, una morra no puede entender que perdió si no es por culpa de alguien más.

(Recuerdo cómo una ex novia me echó en cara "no haberle advertido" que la luz del semáforo estaba en rojo antes que ella chocara contra otra unidad el vehículo donde viajábamos. Cuando le recordé que ella era la conductora me respondió "¡sí, pero tu eras mi copiloto y también debes estar al pendiente, por eso chocamos!")

En este libraco, Kamala Harris culpa ¿a quién más iba a ser? Al "supremacismo blanco" y a "ese sector masculino al que horroriza la posibilidad de tener el destino del país en manos de una mujer". ¿En serio?

 Al momento de escribir este articulo, los republicanos ostentan cinco gubernaturas en manos de mujeres, incluida la ex vocera de Trump, Sarah Huckabee, en el estado de Arkansas. Si a los hombres les "horrorizara" tener mujeres en puestos públicos, simplemente habrían boicoteado esas candidaturas o sencillamente esas mujeres jamás habrían sido postuladas.
 

¿No será, preguntamos, que millones de personas votaron contra Kamala, horrorizados de tener en la presidencia a una mujer tan inepta? Incluso millones de los votos que recibió Kamala Harris no se debieron a su monumental carisma ni a su seductora oratoria sino a que fueron votos en contra de Trump, emitidos por demócratas resignados.

Por otro lado, es curioso cómo es que entre los gobernadores demócratas actualmente ninguno es de ascendencia afroamericana (el único es Albert Bryan, de las Islas Vírgenes, pero no es territorio continental). ¿No sería ello una clara muestra de ese racismo que los demócratas tanto achacan a los republicanos?

Kamala no podía dejar de arañar y mordisquear la mano que estuvo lamiendo durante cuatro años, esto luego que anteriormente la había estado arañeando y mordisqueando cuando acusó de "racista" a Joe Biden, quien la escogió para ser su vicepresidente. Según la señora, "(el presidente) me tomó del brazo momentos antes del debate contra Trump y dijo: "Acaba de llamar mi hermano. Dice que varios inversionistas poderosos de Filadelfia no pensaban apoyarte por estar diciendo cosas
negativas acerca de (Biden). Añadió que él no creía que eso fuera cierto pero que es algo que debería saber mi equipo de campaña para que hicieran algo al respecto".

Traducción: dice mi hermano que no se te ocurra mencionar en el debate nada acerca de mi deterioro mental o sus poderosos amigos de las finanzas te retirarán su apoyo. Te lo cuento como chisme, pero es mejor que lo tomes en serio.

El comentario, afirma Harris, "me dejó molesta y confusa (...) ese comentario me distrajo de lo que sería un debate crucial" para más adelante añadir que "hice saber a Dough (Hernoff, su esposo) acerca de ese comentario y él respondió ¡olvida eso, no tiene importancia". Expresado de otro modo, según Kamala, fue ese comentario de Biden el que al hizo perder el debate, y no tanto que se trata de una pésima candidata que, con excepción de algunos jabs bien propinados a Trump, fue barrida por el
copetudo millonario.

Y aunque los medios enfatizaron cada que pudieron la "extraordinaria química" entre la candidata Kamala y su candidato a vicepresidente, el gobernador de Minnesota Tim Walz, lo cierto es que, como estableció el analista y vloguero Benny Johnson, apenas y se dirigían la palabra. Pero según Kamala, se decidió nominar como vicepresidente a alguien que fuera de Minnesota es un total desconocido en vez de otro probable, el ex secretario de Transporte Pete Butiggieg y a quien la fallida candidata llama en su libro "mi primera opción".

¿Por qué no escogieron a Butiggieg, entonces? Kamala responde: "Era una jugada muy arriesgada... la campaña ya estaba exigiendo mucho al electorado para aceptar a una mujer, una mujer negra casada con un judío".

Cuando promocionaba su libraco en el programa "feminista" The View, Kamala terminó por aclarar cualquier malentendido: "Como se sabe, Pete (Butiggieg) es gay", es decir, la alta dirigencia del partido demócrata terminó por desecharlo a causa de sus preferencias sexuales. ¿No es ésta una actitud clara y abiertamente homofóbica?

¿Qué habría pasado si los republicanos hubieran aceptado que dejaban fuera de la contienda a la vicepresidencia a algún contendiente solo por el hecho de ser gay? Habría habido protestas violentas en varias ciudades norteamericanas y a las afueras
de la Casa Blanca. Sin embargo, el comentario fue recibido con aplausos del público (!!!)

En otra de sus parrafadas, Kamala Harris apunta su dedo flamígero al fracaso en su carrera a la Casa Blanca ¿adivinen a qué? ¿A la pésima planeación de su campaña, al gasto demencial e injustificado de los fondos que recibió --cada miembro de su campaña obtuvo una laptop Apple nuevecita, un moderno celular igualmente flamante con acceso a Internet ilimitado, talonarios de boleto de avión a cualquier parte de Estados Unidos-- o los cientos de miles de dólares cobrados por activistas demócratas en los Estados que al final quedaron en manos republicanas? La misma, fracasada candidata nos responde: "El tiempo para configurar una campaña exitosa para derrotar a Trump era muy poco (..) estoy segura que con más días de campaña, habríamos logrado una holgada victoria en noviembre".

Es poco probable. No se necesita ser especialista en sondeos y encuestas electorales para suponer que un candidato que realmente tenía posibilidades por lo menos hubiera igualado, ya no digamos rebasado en preferencias a su contrincante por lo menos una vez en la campaña. Con Kamala Harris esto jamás sucedió, ni siquiera cuando la conocida cantante Taylor Swift otorgó su apoyo a Harris.

En suma, a Kamala Harris y con excepción de las huestes woke, los profesores universitarios alucinados, la élite intelectual y los principales medios de comunicación, nadie la tragaba. Ello fue evidente con la fría recepción que se la hado a este libraco en muchos medios otrora porristas suyos.

Con todo, y algo que refrenda lo dicho por El Temach, Kamala Harris cree que aún tiene posibilidades presidenciales para el 2028 según lo dejó entrever en The View: "En este momento estoy enfocada en la promoción de mi libro, pero estoy segura que tras el desastre que representará el actual gobierno, los norteamericanos verán el error que cometieron por haber votado por otra opción y nos darán la confianza. Yo no descarto estar nuevamente en la boleta".

La última vez que un candidato presidencial demócrata actuó con madurez tras perder la elección fue Al "Bocazas" Gore contra George W. Bush en el 2000. Al conocer el veredicto de la Suprema Corte, Gore dijo: "Independientemente de que esté o no de acuerdo, respeto y acato la decisión final de la Corte en torno a este proceso electoral. Así son las reglas de la democracia". Se sabe que en privado Gore pataleó y lloriqueó como niño al que le arrebatan su paleta de dulce, pero supo guardar las formas y ya jamás volvió a mencionar la elección en público. (John Jerry, quien perdió la elección del 2004, hizo su puchero pero fue obligado a callar por la dirigencia demócrata en tiempos que ésta aún mantenía la mesura que hoy ha perdido completamente).

Kamala Harris esta políticamente liquidada. Si sigue creyendo que perdió la elección a causa de los fascistas, la ultraderecha, el privilegio blanco y demás sandeces, en vez de reconocer que fue una pésima candidata, necesita tomar terapia pero ya... si gusta con El Temach. Le urge.

 

Textos relacionados

La loser del 2024: Kamala Harris [Diciembre, 2024]

La de Kamala Harris, la peor campaña demócrata en décadas [Octubre, 2024]

Kamala Harris, un cero a la izquierda, y un cero en todo  [Noviembre, 2021]

 

 

 

¿Desea opinar sobre este texto?

fasenlinea@yahoo.com

oscar_maderecho@gmail.com  

 

0 opiniones

 

 

 

Inicio

Nacional

Internacional

Cibernética

 

Literatura

Cine

Medios

Y demás