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INTERNACIONAL

Biden: corrupto, incompetente y malvado... pero la culpa es de Trump

Pese a que la prensa ha hecho hasta lo imposible por ocultar sus trapacerías y las de su hijo Hunter, lo cierto es que poco a poco se van cerrando lass paredes en torno a la dupla Biden, presidente y su parásito vástago. Robo de documentos clasificados, tratos oscuros en Ucrania... a Nixon lo hicieron renunciar por muchísimo menos que eso. El fin del bidenismo se aproxima

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ENERO, 2023. Recordamos las escenas que vimos en los medios el pasado octubre: grupos de agentes del FBI entraron a la residencia de Mar-A-Lago en Florida luego de una orden de cateo concedida por un juez que, casualidad de casualidades, era parte del comité que investigó al ex presidente Donald Trump por lo ocurrido el 6 de enero del 2021 (incidente que, las encuestas lo muestran una y otra vez, al 90 por ciento de los norteamericanos importa un soberano pito).

El motivo, insistieron los medios con enfermiza obsesión, era mostrar que Trump poseía información clasificada que había sustraido durante sus años en la presidencia. Como podemos adivinar, los agentes no encontraron un solo documento inculpatorio. "Seguramente Trump se los llevó cuando supo que iban a allanar la presidencia", dijo una comentarista de la abyecta cadena CNN. Pero si eso se daba como un hecho para justificar el fracaso del operativo ¿entonces para qué llevarlo a cabo?

Pues bien, eso fue ayer, como se llama una vieja canción de Foreigner. El mes de diciembre se reveló que el presidente Biden guardaba en el garage de su residencia de verano una artero de documentos clasificados. Y no solo eso, según The New York Post, muchos de esos documentos se encontraban en la parte trasera del Porsche que el mandatario usa para moverse cuando se encuentra en esa ciudad. Es decir, el hombre más poderoso del mundo traía de aquí para allá cajas que contenían información clasificada que pondría en duros aprietos al gobierno nortamericano si llegara a manos de espías chinos o rusos.

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Por supuesto, aquí surgen varias preguntas que la prensa norteamericana jamás se molestó en formular. De acuerdo a un editorial de The Wall Street Journal --diario que en ocosiones parece estar sometido al "discurso" pero otras realiza excelente trabajo periodístico-- los documentos fueron sustraídos durante los años en que Biden era vicepresidente. Se sabe de sobra que ningún vehículo sale y entra de la Casa Blanca sin ser auscultado a fondo por los guardias de seguridad. ¿Cómo fue entonces que Biden pudo sacar esas cajas que llevan pegada una cinta con la frase CLASSIFIED y que llevan consigo un sello especial que puede ser leído por un detector de metales. ¿Quién autorizó a Biden llevarse a casa esa documentación? (El único vehículo que entraba a la Casa Blanca sin ningún tipo de inspección es el del presidente, en ese entonces Barack Obama. Pero de nuevo. ¿Cómo se los pudieron llevar sin que el detector de metales hubiera dado un pitido?)

Tampoco la prensa norteamericana ha recordado a sus lectores que, de acuerdo a la ley, si a un ciudadano común se le encuentra con documentos clasificados en su hogar, se va directo a prisión sin derecho a fianza y sin abogado defensor que logre ganar el caso; es un delito federal. En tal sentido y si tomamos en cuenta que durante los años de Trump Biden ya no era senador sino un norteamericano ordinario. ¿Por qué no se ha llevado a la penitenciaría a Biden pese a la abrumadora evidencia?

Sin embargo la pregunta que nadie se ha molestado en formular es ¿para qué diablo se llevó Biden especialmente esos documentos, qué pensaba hacer con ellos?

Y una más : ¿qué contienen esos documentos, por qué Biden se llevó es información a su casa y la colocó en un garage, como si se tratara de revistas y periódicos viejos?

Como ha mencionado David Rybarczyk de la página americanthinker.com, "lo que orilló a Nixon a renunciar no es ni el 10 por ciento de las irregularidades detectadas a Joe Biden. Las evidencias son contundentes, Joe Biden es el presidente más corrupto en la historia moderna. Y el presidente al que los medios más han protegido y escondido esas corruptelas".

Peor aun es que esas corruptelas se están dando por partida doble con los negocios más que turbios, aderezados por sus escapadas sexuales, del hijito del presidente, Hunter Biden.

Como hemos comentado en otro texto, de no haber sido hijo de quien es, desde hace rato Hunter Biden estaría tras la rejas. En vez de ello, hasta el momento no existe ningún procedimiento legal en su contra y sus cuadros, que un crítico alucinado de la revista The Atlantic llamó "un artista que sabe canalizar sus emociones en un lienzo" se han exhibido en galerias de Nueva York y algunas han sido adquiridas por empresarios privados, una manera poco sutil de realizar lobbying con los legisladores demócratas.

¿Y cuál ha sido la respuesta de Biden ante esta escandalosa violación de la ley, que en caso de haber ocurrido durante la presidencia de Trump, le habría valido el mismo destino que Nixon? "Ahí no hay nada de nada", respondió el mandatario a la prensa, la cual ha evitado investigarlo, quizá convencida de que, como ya dijo Biden que "ahí no hay nada de nada", entonces no tiene caso meterse en ese asunto.

Los demócratas en el Senado han exigido que "para abrir el caso" contra Hunter Biden, "se aporten evidencias contundentes, de otro modo no habrá procedimiento alguno", aseguró el líder de la minoría en la Cámara de Representantes Hakeem Jeffries, contraste más que claro pues los demócratas se tragaron sin chistar la mentira de que Trump estaba ligado con el gobierno ruso y de lo cual no se ha podido comprobar absolutamente anda.

Con todo, el 1 de febrero, The New York Post publicó otra bomba: un artículo escrito por Naitling Doombos y Samuel Chambrain detalla extractos del Reporte Marco Polo. Según el reporte, Hunter Biden le estuvo transfiriendo dinero a su asistente legal mientras ambos mantuvieron trato sexual durante varios meses, cantidades que oscilaban entre los 1,000 y los 1,500 dólares. En cierta ocasión, la asistente, cuyo nombre no ha sido revelado, envió un mail donde afirmaba no haber recibido un pago pendiente por 837 dólares para "gastos que tuve por un trabajo dental". El mail fue enviado a Katyie Dodge, la secretaria de Hunter Biden pues éste,
aparentemente, no le había respondido los mensajes. A las pocas horas el hijo del mandatario el envió 750 dólares y agregó con el texto "me encanta tu cabello y todo lo demás... muéstrame cómo te masturbas cuando estás a solas..."

¡Y la prensa norteamericana hizo un escándalo nacional cuando el hijo del presidente Gerald Ford se llevó a vivir a su novia a la Casa Blanca!

Ahí no para el asunto: de acuerdo al artículo, se presume que Biden vendió algunos de esos ducumentos clasificados cuando necesitaba dinero. ¿A quién se los vendió, acaso éste no es un delito federal? Naturalmente, ni el Washington Post ni The New York Times, que exigían "justicia" en torno a la supuesta posesión de documentos secretos en Mar-A-Lago, no ha publicado absolutamente nada en torno a este nuevo escándalo.

Sin embargo, se sabe que al interior de las esferas del poder alineadas al Partido Demócrata están buscando el modo más discreto posible para deshacerse de Joe Biden quien ya afirmó muy seguro de sí mismo que piensa postularse nuevamente en el 2024. Si ello ocurre nada podrá salvar a los demócratas de retener la Presidencia. "Es un hecho que en las elecciones del 2024 habrá una asistencia masiva a las urnas quizá como nunca antes se ha dado en la historia de Estados Unidos, escribe Rybarczyk, de americanthinker.com, "cuando la abstención es baja, ningún tipo de fraude podrá contrarrestar es efecto".

Los medios demócratas, entre ellos el programa televisivo "feminista" The View, han insistido, luego de haber negado que existiera la laptop de Hunter Biden, que lo de Hunter Biden "es un asunto privado que nada tiene que ver con el desarrollo de la política", según dijo Joy Behar, una de sus conductoras. Otra de ellas, la conocida actriz Whoppi Goldberg, sugirió quela atención debería mejor enfocarse "en investigar a Donald Trump por su (¡otra vez lo mismo) responsabilidad en la frustrada toma del Congreso el 6 de enero del 2021", esto pese a que ya se formó una comisión que, aunque lo ha intentado una y otra vez, no ha logrado comprobar un presunto involucramiento.

Curiosa perpsectiva: Las conductoras de The View utilizaron a la bailarina y encuratriz Stormy Daniels para tratar de destruir Donald Trump pese a que la relación entre ambos nada tenía que ver con la política. La vida privada de los políticos solo debe ser empleada como arma cuando se trata de políticos republicanos, naturalmente. (Y por supuesto, también, esas mismas conductoras "olvidaron" que el abogado de Daniels, un sujeto de nombre Michael Avenatti y al que compararon con el Espíritu Santo, hoy se pudre en prisión).

Quienes votaron por por los republicanos para que éstos arrebataran la mayoría a los demócratas en la Cámara Baja esperan resultados para, por lo menos, obligar a Hunter Biden a que responda por sus corruptelas y por haber puesto en peligro la seguridad nacional de Estados Unidos. Apenas estamos viendo la punta del cochambre que existe dentro de la familia Biden.

 

 

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