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INTERNACIONAL

Tulsi y Taibbi: la izquierda norteamericana necesita más gente como ellos

Aunque parezca contrasentido, todos los países requieren una izquierda que esté representada en su mapa político so pena de enfrentar violencia y fuertes estallidos sociales. Los Estados Unidos, donde ese espectro se desbordó al punto que amenaza el futuro del país, el mejor antídoto para que nuevamente sea lo que alguna vez fue se refleja en estos dos personajes que logren salvar a izquierda norteamericana de sí misma

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ENERO, 2023. Dado el enorme daño que sus políticas han producido en la historia reciente de Estados Unidos, es fácil suponer que si izquierda despareciera de su espectro político, el país se convertiría en un paraíso... idea, como se ve, que coincide con el edén que la izquierda cree ocurrirá el día que la derecha sea borrada de la tierra. Todo lo contrario: ambas corrientes se necesitan mutuamente como balance de fuerzas para subsitir, y la ausencia de una de ellas llevaría a gobiernos totalitarios, incluso brutales. Lo hemos visto infinidad de veces en otras partes del mundo que hasta parece redundante citar algunos ejemplos.

Si la izquierda desapareciera, los grupos más radicales ya no tendrían excusa para guardar las formas y el estado de derecho quedaría hecho trizas. Como se ve, la existencia del Partido Demócrata, como fiel de balanza, es necesario en la vida política norteamericana. El problema, claro, es que los demócratas se han radicalizado y quieren llevar al país a un socialismo que la mayoría de los estadounidense no desea. El escollo radica en que las nuevas generaciones, a quienes hábilmente se escondió el horror tras las utopías socialistas, ha recibido un poderoso cocowash en los planteles escolares que costará décadas en ser erradicado, esto claro, si antes no caen los Estados Unidos, país que, con todas las imperfecciones que tiene, impidió el avance del fascismo en Asia y Europa y evitó que la Unión Soviética terminara por comerse al mundo.

El problema, naturalmente, es que ese fascismo ahora vive en las entrañas del país y por tanto resultará mucho más difícil extirparlo. Con todo, dentro de esa misma izquierda hay valiosos elementos decididos a revertir el proceso, sabedores que en un futuro totalitario, ellos también serán borrados como está ocurriendo con muchos de sus colegas conservadores.

"Esta no es una lucha de izquierdas contra derechas, sino de los norteamericanos en defensa de nuestras libertades garantizadas en la Constitución", refirió recientemente el periodista Matt Taibbi. "Hoy todavía puedo decir públicamente que Biden es  marioneta de intereses muy poderosos y que Kamala Harris es la ineptitud personificada, pero si no defendemos nuestra libertad de expresión, muy pronto seremos arrestados y enviados a prisión por 'criticar a las instituciones representadas en la figura del Señor Presidente'".

"Es claro que se está cocinando un movimiento en contra de la creciente tendencia totalitaria en los Estados Unidos", dijo recientemente la ex senadora por Hawaii, Tulsi Gabbard. "Sus alcances aún son difíciles de preveer, pero la semilla ya está sembrada. El país está a tiempo de zafarse de ese destinto en el que nuestras libertades individuales serán aplastadas y echadas  a la basura".

A continuación presentamos a dos figuras representativas de esa izquierda valiosa de los Estados Unidos, un país que hasta hace poco parecía inmune al enfermizo y nocivo discurso socialista radical que en América latina conocemos de sobra. "Si sigue avanzando esta tendencia absolutista y fascistoide, la inflación pronto pasará a ser la última de  nuestras preocupaciones", advirtió Taibbi.

TULSI GABBARD - Esta beldad nacida en el territorio de Samoa occidental tiene sangre polinesia, hindú y holandesa en sus venas , en su adolescencia se enlistó en el ejército y fue enviada como recluta a Irak. Al poco tiempo entró a la política y más tarde fue electa como senadora por el estado de Hawaii. Su paso por la dura vida en el ejército se complementó con la personalidad de Gabbard, quien pese a su carácter tranquilo sabe dar dentelladas cuando abre la boca, algo que pudo comprobar la vicepresidente Kamala Harris la vez que Gabbard la expuso como hipócrita en uno de los debates presidenciales demócratas, acusándola de haber enviado a prisión a un número récord de infractores por fumar mariguana cuando fue procuradora en San Francisco para súbitamente convertirse en voz que clamaba abiertamente por abolir su prohibición. (Esa acusación, por cierto, resultó en que Harris abandonara su candidatura a la semana siguiente, aunque en un giro por demás alucinante, Harris llegará a la Casa Blanca si el corazón de Joe Biden deja de latir de aquí al 2024).

Nadie podrá acusar a Gabbard de ser "ultraderechista" o, peor aún, representar el "privilegio blanco" y otros estupideces afines, máxime porque, de hecho, antes de las elecciones del 2016, Gabbard apoyó abiertamente a Bernie Sanders y manifestó estar a favor del aborto. Por luego del debate Gabbard descubrió que la radicalización del Partido Demócrata significó una clara traición a sus principios, algo que la había convertido a ella, dijo después, "en una completa extraña en lo que había sido mi hogar desde que era yo una adolescente".

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El pasado mes de octubre, Gabbard tuvo suficiente y anunció su salida del partido del burro no sin antes despejar los rumores de que emigraría al Partido Republicano y se declaró independiente. Aunque Gabbard manifiesta que no piensa postularse pronto para otro puesto, no faltan quienes la han barajeado como la vicepresidente del potencial candidato republicano, el actual gobernador de Florida Ron Di Santis. "Agradezco que me hayan incluido en esa lista, pero no veo muy viable esa posibilidad", dijo Gabbard, y recalcó que "sigo manteniendo profundas diferencias con la plataforma republicana".

En relación a sus ex compañeros demócratas, Gabbard apunta que "una abrumadora mayoría están aterrados por el liderazgo del partido pero se abstienen de decirlo en público ante el temor de ser cancelados por sus amigos y compañeros de trabajo. Eso mismo pasó conmigo: amistades que conocía de años, incluso desde la infancia y la escuela, dejaron de dirigirme la palabra y me bloquearon de sus celulares el mismo momento que anuncié  mi renuncia a seguir siendo demócrata".

Abunda: "Si mañana se derrumba el Partido Demócrata, dejará un hueco que será llenado por los grupos radicales de izquierda, o incluso de la derecha radical, eso tampoco podemos descartarlo. En todo caso, esa caída constituiría una clara amenaza para la democracia norteamericana. Salvar al Partido Demócrata, traerlo de vuelta al centro, a esa posición moderada que alguna vez tuvo y que defendía los intereses de las clases medias, ese el  mayor reto que tendrán los Estados Unidos el resto de la década".

MATT TAIBBI - Tras la adquisición de twitter por parte del magnate Elon Musk, la porquería woke y totalitaria que se escondía comenzó a brotar de sus alcantarillas. El multimillonario encargó al periodista Matt Taibbi destapar la cloaca revelando información que incluía entre otras cosas, la descarada colusión de twitter con las autoridades del Partido Demócrata para cerrar cuentas "problemáticas" es decir, de tendencia conservadora; la desfachatez llegó al punto que la dirigencia demócrata enviaba las listas  de "infractores" y las autoridades de twitter, en un inusitado agachismo, procedían a cerrarlas sin dar mayor explicación a los usuarios.

Taibbi no es ni de lejos, simpatizante republicano ni mucho menos admirador de Donald Trump; de hecho, en el 2017 este periodista publicó un libro donde le pegó con todo el copetudo ex mandatario. Sin embargo Taibbi también publicó Hate.Inc, libro donde denuncia cómo los medios norteamericanos son responsables, en gran parte, en sembrar el divisionismo en el país.

Una vez desparecida la Unión Soviética, Taibbi aceptó un empleo en The Moscow Times pero fue echado por criticar a un personaje muy ligado al régimen. Más tarde fue confundador de The eXile, un tabloide moscovita de tendencia anarquista publicado en inglés. Taibbi regresó a Estados Unidos y fue contratado por la revista Rolling Stone, la cual había publicado una semblanza suya. La tendencia de Taibbi va de la izquierda dura... bueno , como era hace unos años: actualmente sus enemigos políticos incluso afirman que es un "derechista", como lo hizo The Guardian cuando Taibbi destapó la porquería al interior de twitter.

"Yo no me cambiado mi postura, han sido ellos", dijo recientemente Taibbi en una entrevista con el vloguero conservador Ben Shapiro, una entrevista considerada imposible hasta hace poco. "Yo sigo comprometido con mis ideas, no repito como loro las posiciones del Partido Demócrata ni soy mera caja de resonancia de sus intereses. Hasta hace poco eso era poseer integridad periodística pero hoy es un insulto dentro de la prensa liberal", dijo.

Taibbi notó ese cambio la vez que se le envió a cubrir el proceso electoral previo a la elección presidencial que ganó Donald Trump. "Al llegar ahí me encuentro con una realidad distinta a la que pensaba: me topé con políticos demócratas corruptos que habían traicionado a los electores, logro entrevistas de viva voz de varios habitantes, incluso con evidencias de esas corruptelas, y cuando entrego el texto a Rolling Stone mi editor responde con 'no podemos publicarlo, sería darle munición política a Trump', cuando lo deseable era publicarlo y así exponer a esos políticos que están dañando a la democracia norteamericana" dijoTaibbi al vloguero Shapiro. "Como alguien que vivió varios años en Rusia --Taibbi habla el idioma prácticamente sin acento-- sé perfectamente que si la prensa se enfoca en distorsionar o en esconder los hechos en vez de reportarlos, tendrás a un Vladimir Putin en tu futuro".

Y aunque aún colabora en Rolling Stone (revista alguna vez rebelde y contestaria pero que hoy ha caído el excremento woke más absoluto-- Taibbi ha confesado que su futuro en la revista es incierto. "He pasado grandes momentos ahí, en sus oficinas conocí a quienes hoy son excelentes amigos", refirió en otra entrevista, esta vez con Joe Rogan, quien tiene la emisión hablada más escuchada en Spotify, "si el día de mañana deciden darme las gracias, lo haré con el orgullo de que nunca puse precio a mis convicciones. Prefiero eso antes de decir que sí, claro, por supuesto, caro que si,  Joe Biden es el mejor presidente de la historia, cuando claramente no lo es..."

 

 

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