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La poca madre de Colin Kaepernick

Es un hijo desagradecido que tachó de "racistas" a sus padres adoptivos. La miseria moral de este mediocre quarterback alcanza nuevos e inusitados cotos de hipocresía. Si Colin Kaepernick es un "ejemplo" para Estados Unidos, ese país se encuentra ya sentenciado a muerte

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MARZO, 2023. Primeramente haremos una confesión a nuestros lectores: al buscar la imagen para poner en este artículo, al teclear en el buscador de imágenes el nombre del sujeto que protagoniza este texto aparecieron, en abrumadora mayoría, imágenes suyas como jugador de futbol americano, fenómeno que se repitió prácticamente en todas las plataformas desde Yahoo hasta Google y Bing, donde esta tendencia alcanzó niveles orgásmicos. 

De acuerdo, Colin Kaepernick fue quarterbark de los 49's de San Francisco, y es ahí donde debemos enfatizar el "fue", pues este jugador no ha tenido contrato con equipo alguno de la NFL desde el 2016. ¿Por qué entonces las primeras mil imágenes del buscador siguen presentando fotos suyas como jugador activo?

(Los llamados "algoritmos" de estos buscadores están claramente maleados: las primeras imágenes que aparecen de Donald Trump lo presentan en gestos grotescos, fúrico, agresivo y en ni una sola se le ve dentro de la Casa Blanca; en las primeras páginas donde se teclea Obama más de la mitad lo presentan la Sala Oval o como presidente, algo que mucha gente considera es lo que en realidad sigue ocurriendo con este nefasto personaje, ex senador por el estado de Illinois).

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Colin Kaepernick se convirtió en celebridad, no tanto por sus excepcionales aptitudes como quarterback sino por haberse hincado antes de cada partido por considerar que el Himno Nacional de Estados Unidos era "esclavista", ignorancia brutal e imperdonable si recordamos que el Star Spangled Banner pasó a ser  himno oficial hasta los años 30 del siglo XX, pero bueno. El asunto es que el hincarse ante el Himno "esclavista" fue rápidamente imitado por atletas, entrenadores e incluso agitadores; muchos de ellos, especialmente los afroamericanos, se hincaban en "protestas" por sentirse "esclavos", desfachatez absoluta cuando ninguno de ellos jamás ha tenido un grillete en el tobillo y, en cambio, han ganado millonadas de dólares y viven mucho mejor que infinidad de norteamericanos blancos y "esclavistas".

Cuando los 49's de San Francisco declinaron contratar a Kaepernick para otra temporada, el quarterback acusó (¿qué otra cosa iba a ser?) racismo en su contra. ¿Pero por qué, si los clubes son tan racistas, no hicieron lo mismo con el 99 por ciento de los demás jugadores de la NFL de origen afroamericano? ¿No se debió más bien a que Kaepernick NO estaba dando lo que se esperaba de él como atleta?

De cualquier modo y como blasón de consolación, Nike le ofreció un contrato multimillonario a Kaepernick quien pidió a esa empresa que sacaran del mercado las ediciones conmemorativas de unos tenis con la bandera norteamericana que él consideraba "racistas". Nike, por supuesto, accedió a las exigencias del tipejo aunque esa decisión le costara millones de dólares en pérdidas.

Pues bien y aunque nadie lo había pedido, Kaepernick está de vuelta, esta vez no para anunciar tenis sino para promocionar... claro, ¡un cómic woke!

En una reciente entrevista con la cadena CBS, Kaepernick dijo que, como hijo adoptado,"mis padres me trataron muy bien" pero que, al final, "ellos me inculcaron ideas problemáticas que promovían el racismo... tuve que batallar por años para dejar atrás todo eso..."

Pobrecito Colin: denle un paño a este desagradecido hijoeputa. Lo que debería hacer en este momento la pareja y dado que este miserable es multimillonario, cobrarle todo que invirtieron en su educación, en proporcionarle hogar, ropa, dinero para sus gastos personales y sobre todo costearle la universidad, requisito insalvable para aspirar a la NFL. Porque todo eso Kaepernick, hijo de la chingada donde los haya, lo consiguió gracias a esa pareja que lo acogió como un hijo adoptivo.

Qué terrible ser padres de un sujeto que, lejos de darles las gracias por haber logrado un sitio importante en el deporte profesional y en la sociedad norteamericana, Kaepernick termine por denunciarlos como "racistas".

Por cierto, el cómic de marras habla de la "lucha" que Kaepernick tuvo que atravesar como una persona birracial en Estados Unidos, cómo enfrentó el rechazo en los planteles escolares, de cómo (¡horror de horrores!) uno de los amigos de su padre llevaba puesta una gorra con la bandera confederada y en lugar de arrancársela de un manotazo opto por quedarse callado.

Hay algo que existe entre la gente civilizada que se llama tolerancia. Entre mi grupo de amistades se encuentra alguien que aún defiende a Stalin, una bella chica clasemediera que llevaba puesta una camiseta del Che Guevara cuando la invité a comer y a un entrañable amigo que me confesó haber votado por López Obrador, a quien aún defiende. También tengo otra amistad que exige que, para acabar con la corrupción en México Estados Unidos se lo anexe, otro que está a favor del aborto y una más que exige se castre a los violadores. Incluso en mi agenda de amistades cuento con alguien que tiene simpatías sinarquistas, es decir, es de derecha extrema.

Yo no comparto las ideas que ellos profesan pero en ningún momento exigí, por ejemplo, a mi amiga que llevaba la camiseta del Che que fuera a cambiarse o dejar de dirigirle la palabra  a mi amigo que votó por el tabasqueño --a ambos nos asiste el derecho garantizado en la Constitución mexicana para votar por quien se nos pegue la gana-- ni mucho menos agarrar a zapes o a estigmatizar al simpatizante de Stalin.

La amistad que me une a todos ellos se debe a que los considero personas valiosas de las que siempre puedo aprender algo (y espero que ellos puedan igualmente aprender algo de mí). De hecho uno de ellos, llamado Jaime y simpatizante de izquierda radical, me escribió en un mail "discrepamos en muchas cosas, pero eso no importa."

¡Exacto! Lo que enriquece nuestras existencias es convivir con quienes tienen ideas diferentes a las nuestras; lo que nos hunde en el marasmo, en el conformismo y la mediocridad es pasar todo el tiempo rodeados de personas que piensan igual que uno. Por esa razón los wokes son tan antipáticos y carecen de carisma: sus pláticas son monotemáticas donde toda opinión discordante está prohibida; no se atreven a salir de sus burbujas, evitan interactuar con quienes no opinan como ellos y en vez de ello los endilgan con epítetos por temor a quedar traumados y a orinarse en sus camas.

No hace falta echarle mucho seso para concluir que consideran enemigos a quienes tienen ideas políticas diferentes es propio de regímenes autoritarios y que gente como Colin Kaepernick, con su mente totalmente envenenada de porquería woke (hay videos suyos de años atrás donde se le veía como una persona simpática y agradecida-- son unos intolerantes e hipócritas, además.

Si Kaepernick ya se dio cuenta que todo lo que consiguió fue porque creció como hijo adoptivo de una familia blanca privilegiada, si se trata de ser congruente es que, así como traicionó el cariño y cuidado que le dieron sus padres, se deshaga de todos los beneficios económicos que le trajo ser parte del privilegio blanco" que hoy tanto denuncia, entre ellos su diploma universitario, los millones de dólares que ha ganado como jugador y todos los beneficios que difícilmente habría logrado si jamás hubiera sido adoptado.

No lo hará, por supuesto: los blancos son los monstruos de este planeta, son los inventores del maldito capitalismo que tiene a este mundo jodido, son los creadores de un  país ruin y explotador al que, de todos modos, millones de personas preferirían en vez de esos paraísos progresistas y radiantes en igualdad como Cuba, Venezuela y Corea del Norte, o que fuera un blanco quien  puso fin a la esclavitud en Estados Unidos. Pero esa maldad  de los blancos no orillará a Colin Kaepernick ni a otros hipócritas como él a renunciar a las comodidades y a la riqueza que ha creado ese sistema económico injusto y que nos ha traído un mundo insensible y cruel. No, gracias: la indignación de Colin Kaepernick también tiene sus límites.

Kaepernick se encuentra hoy tan estupidizado por la ideología woke que jamás le ha pasado por la cabeza que, si realmente fueran racistas, sus padres adoptivos habrían optado por un bebé blanco en vez de uno birracial.

Deleznable desagradecido este sujeto, la verdad. Pero fiel a esa consigna go woke, go broke, el cómic de Colin Kaepernick se venderá poquísimo y quedará arrumbado en algún almacén hasta que a alguien se le ocurra darle un mejor uso a esos cómics: rematarlos como papel sanitario.

 

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