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Y DEMÁS/Música

¿Será
el regreso de Oasis la puntilla antiwoke en la
música británica?
Durante
casi diez años no se dirigieron la palabra pero han dejado atrás sus
rencillas y se disponen a iniciar un tour mundial que, quizá,
incluirá nuestros países. Pero el mundo ha cambiado mucho desde sus
años de gloria: retará Oasis al culto woke o intentará
combatirlo? Lo veremos pronto
Versión impresión
SEPTIEMBRE, 2024. Cuando
ocurrió, se pensaba que sería definitivo pero los fans nunca
perdieron la esperanza: luego de un concierto, los hermanos Liam y
Noel Gallagher se liaron a golpes detrás del escenario y juraron
mutuamente jamás volver a trabajar juntos. Era el resultado de casi
15 años de disputas, desacuerdos, riñas y encontronazos verbales. Al
mismo tiempo, es innegable que esa tensión, presente desde su primer
disco, fue parte vital en la creación de canciones legendarias y que
ningún otro grupo después de ellos ha logrado superar.
Los hermanos Gallagher recién anunciaron que dejaban sus profundas
diferencias con una gira que se prolongará hasta agosto del 2025.
Previsiblemente, la venta de boletos ha sido rotunda al punto que en
la primera oferta, los boletos se agotaron en menos de una hora. Y
hay una razón para ello: la experiencia de escuchar a Oasis en vivo
era única, producto de esa tensión sobre el escenario que hasta
quienes se sentaban en la última fila podían percibir.
Este es un grupo que sabe entretener, dar al público lo que exige y
coronarlo con un espectáculo no-bullshit.
Oasis ha sido comparado como el bravucón del barrio, el provocador y
el buscabullas. Pero ello no debería ser motivo siquiera de alarma:
esa ha sido una característica del rock británico desde sus mismos
inicios. ¿Qué otra cosa aparte de Oasis hacían los Kinks, conformado
por dos hermanos que igualmente llegaron a agarrarse a trompadas en
público?
Por supuesto que este esperado regreso se da en un mundo
completamente diferente. La década de los 90, cuando el rock
británico experimentó un notable repunte, parece haber ocurrido
únicamente en los videos que la preservan. Eran tiempos en una Gran
Bretaña donde se podía decir lo que uno quisiera sin temor a ser
cancelado e incluso arrestado por orar frente a una clínica en la
que se practican abortos y donde si asistías a un concierto de rock
te importaba un carajo si la persona que estaba al lado tuyo era
laborista, conservador o anarquista, y sabías perfectamente que
podías dirigirte a esa persona como hombre o mujer sin temor a que
se sintiera ofendida.
Términos como "no binario" parecían idóneos como títulos de una
canción chusca o sarcástica. Todos iban a disfrutar dos horas de
música ante la que era imposible quedar indiferente.
Si a ti no te gustaba lo que decían los hermanos Gallagher no
exigías que los mandaran callar, simplemente no asistías a sus
conciertos o de plano no los pelabas. Lo que hacían era muy su
bronca. Asimismo, los conciertos de Oasis y otros grupos de rock
británicos estaban pletóricos con la bandera Union Jack y nadie te
acusaba de "colonialista" por ello ni te tachaba de "patriarcal".
Quien denunciara a los hermanos Gallagher como promotores de la
"masculinidad tóxica" sería objeto de burlas, de carcajadas, se le
exhibiría como un alucinado y de tomar sustancias peores a la que
acostumbraban ese par de músicos de Manchester.
Desde entonces las cosas en la música británica han cambiado
muchísimo y hoy solo vemos mediocridades con letras sin pólvora,
bandas horrorizadas ante la posibilidad de ofender a los escuchas:
¿qué grupo surgido los últimos 15 años puede considerarse el sucesor
de Oasis? El vloguero The Real Music Observer refiere cómo en Gran
Bretaña un grupo de jóvenes que interpreta cóvers de bandas
legendarias se disculpó con el público antes de tocar "When a Man
Loves a Woman" de Percy Sledge, "por excluir otros géneros (...) la
canción fue escrita en tiempos que nadie podría expresar otra
preferencia sexual por temor al rechazo social", explicó su
vocalista: fue un "trigger warning", es decir, advertir a quien
pueda ofenderse de que la letra no es nuestra, nada tenemos que ver
con lo que dice", excepto, advierte el vloguero, "querer llamar la
atención del público con canciones consagradas, un público que nunca
habría aceptado una cancioncita woke de su repertorio".
Es triste decirlo, pero el rock actualmente es bobalicón, temeroso,
atosigado y censurado. Una de las características del rock, hasta
los tiempos de Oasis, era jamás tener que andar solicitando perdón.
Actualmente, grupos como The Sex Pistols, The Ramones o gente como
Alice Cooper, ya ni se diga Mötley Crüe, jamás conseguirían un
contrato discográfico: con el tema "Girls Girls Girls" de éstos
últimos habrían sido tachados de sexista, se les "cancelaría" y
jamás habríamos sabido nada de ellos en el futuro.
La censura woke ha hecho de la música un caldo insípido, lleno de
escupitajos, con voces emasculadas con música de ukulele de fondo y
que graban cóvers pedorros a las que, cuando se requiere, "editan"
las letras "controvertidas" que ofenden a esos adultos que se
horrorizan al escucharlas y en consecuencia se orinan en sus camas.
Por supuesto que Oasis habría causado que los ejecutivos
discográficos de nuestros tiempos igualmente se orinaran en sus
camas. Por ello es de agradecerse que Oasis haya nacido en una
década donde al rock británico se le podía apreciar, disfrutar y,
claro, deleitarse con las broncas personales de sus miembros, como
ya dijimos, contribuía a que crearan fantástica música.
Los hermanos Gallagher seguramente están conscientes que con su
reunión enfrentarán a un mundo radicalmente distinto, un mundo que
estará a la expectativa que digan algo "indebido" para "cancelarlos"
y enviarlos de vuelta al retiro. Quizá esa presión exigirá que entre
los miembros de la banda que realice una gira incluya a músicos de
color... nada de malo en ello aunque hoy seguramente causaría
escozor entre la wokestapo si un grupo de blancos grabaran cóvers
con clásicos del jazz.
La pregunta previa a la gira es esa: ¿cederán los hermanos Gallagher
a esa presión y terminarán convertidos en un grupo pedorro e
insípido como ya le ocurrió a Orchestral Maneouvres in the Dark,
cuyo último álbum está lleno de alusiones a la ecología, a la
armonía racial y a los peligros de la ultraderecha? (y que, apenas
hace falta recalcarlo, fue un fracaso comercial)
Igualmente Noel Gallagher de seguro sabe que los wokes, pese la
enorme presión que puedan ejercer, no son su público y ello lo hace
relativamente inmune a cualquier intento de cancelación. Los fans,
en su mayoría, odian todo lo que huela, apeste o se insinúe woke;
ellos también crecieron en otra época; ellos también eran jóvenes en
los 90, pensaban que la libertad de decir lo que se te pegara la
gana en un país como Gran Bretaña no tendría consecuencias, un
tiempo donde quejarte de un inmigrante patán no era motivo de
arresto aunque tu crítica nada tenga qué ver con el origen étnico
del inmigrante.
La duda, insistimos, es si el dueto Gallagher se doblega y cede a
los "nuevos tiempos" y advierte que su música será "inclusiva" y
dará cabida en su banda a un no binario o a un trasgénero. Eso, por
supuesto, sería trágico: ver la última revolución musical
irreverente de Gran Bretaña, representada en el britpop, termina
traicionada por sus propios creadores.
Pero, la verdad, confiamos en que Oasis mantendrá en alto el valor
de su legado. Si Noel Gallagher se atrevió a llamar "teta vieja" a
George Harrison ¿creen ustedes que respetará a los aguafiestas woke?
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