|
||||
Otros textos de Nacional
|
López Obrador elogia a Trump... y el silencio hipócrita de prensa mexicana
Dadas sus posturas políticas encontradas, se preveían chispas en la relación de López Obrador con Donald Trump. El tabasqueño ha dicho cosas respecto al copetudo ex presidente que harían hecho arder de furia e indignación a la prensa y los analistas mexicanos pero hasta hoy, silencio de grillos, muestra de la hipocresía y la doble moral con que se juzga a un político cuando se asume "de izquierdas"
NOVIEMBRE, 2024. En uno de sus tantos textos que publicó, el brillante y ya fallecido ensayista británico Christopher Hitchens deja en claro que el rol de la prensa no es tanto informar sino manipular a la opinión pública: "Los intereses políticos establecen la narrativa y aquello donde buscan se enfoque la atención del lector" para agregar más adelante que "la manipulación informativa es esencial para preservar la imagen de los gobiernos totalitarios; no debemos engañarnos al suponer que la prensa sirve invariablemente a la defensa de los valores democráticos".
Hitchens, un militante de izquierda que rompió con sus colegas cuando éstos rehusaron condenar los ataques a las Torres Gemelas en el 2001 (sus ex colegas lo acusaron de "apóstata" para luego echarlo de la revista Vanity Fair, donde por años fue una de sus plumas más prestigiadas) conocía perfectamente el tema del que hablaba; "Lo que conocemos como doble moral es un término carente de sentido para quienes manipulan la realidad, quienes transforman en escándalo magnámino un acto insignificante y reducen a su expresión mínima los actos reprobables de aquellos que buscan proteger".
Cualquier asomo a la vida política mundial refuerza sin asomo de duda la tesis de Hitchens. México, por supuesto, no es la excepción: desde que tomó posesión en diciembre del 2018, la prensa nacional ha mostrado una asombrosa pasividad ante el mandatario surgido de la izquierda, un enorme contraste con los tres presidentes anteriores a quienes literalmente cocieron en aceite hirviendo a través de sus columnas y notas tergiversadas.
¿Cómo olvidar el escándalo nacional respecto a las toallas en Los Pinos durante el gobierno de Vicente Fox, la denuncia del "gasto inútil" por la Estela de Luz en el sexenio calderonista y la breve reunión que Enrique Peña Nieto tuvo con Donald Trump y donde se acusó al ex mandatario prácticamente de estarse vendiendo a los intereses del imperialismo yanqui? (el cual ya no es tan imperialista, por cierto, desde vez que Biden llegó al poder, confirmando de nuevo lo escrito por Hitchens).
Cuando López Obrador ganó la elección, se temía que su relación con el entonces presidente Trump sería de chispas y violentos encontronazos. Después de todo, si Vicente Fox había manifestado su enojo en twitter cuando Trump resultó electo, Calderón lo tachó de "payaso" y Peña Nieto no encontraba dónde esconderse tras haber recibido a Trump, ¿qué podía esperarse ente la relación de un presidente "derechista" como Trump y un político claramente de izquierda como López Obrador? Sorpresivamente, la relación entre ambos fue cordial, y de hecho López ha tenido más choques con España donde hoy gobierna el incompetente socialista (valga el pleonasmo) Pedro Sánchez.
De hecho, después de una vista que López realizó a Washington en el 2019, manifestó que Trump "ha mostrado absoluto respeto nuestra soberanía" y refrendó su "intención par reforzar los puentes de comunicación" con el copetudo multimillonario. Durante esa visita, por cierto, en vez de las acostumbradas protestas contra los presidentes mexicanos que visitaron la Casa Blanca, esta vez quienes asistieron fue para echarle porras al pejerayito sin que al prensa nacional objetara, primero, que López visitara al "racista" Trump a domicilio y, segundo, que lo elogiara.
(Como contraste, el columnista abiertamente propejista Lorenzo Meyer se pregunto entonces cuáles "oscuros intereses" había detrás de la visita que Trump realizó a México para entrevistarse con Peña Nieto, e ironizó: "¿se trató acaso para recibir instrucciones en torno a la construcción del muro?")
Durante su reciente discurso donde manifestó su intención de volver a postularse a la presidencia el 2024, Trump refirió que López Obrador, "es un caballero, pese a ser un socialista", guiño que el tabasqueño contestó al día siguiente en su "mañanera": "Trump es capitalista y no es perfecto, pero es una buena persona y lo respeto", respondió a la pregunta hecha por un reportero.
Y con excepción del columnista Sergio Sarmiento, quien señaló que "es evidente que desde hace tiempo (Trump y López Obrador) son muy similares en pensamiento, palabra y obra", la prensa ha guardado lo que Álvaro Vargas Llosa llamó "un silencio de grillos" en torno a este abierto elogio del tabasqueño. Ninguno de esos feroces críticos de Fox, Calderón o Peña Nieto cuestionó el porqué López Obrador, quien escribió, un libro llamado Oye Trump --aunque, como se sospecha, fue más bien obra cortesía de un escritor fantasma a quien se encomendó el trabajo-- exprese abiertos elogios a Trump quien, se supone, es el antimexicano por excelencia, el racista, el xenófobo, el homofóbico.
En cambio, a Fox y Calderón, quienes han expresado su abierto desagrado con el copetudo Trump (Peña Nieto ha guardado discreto silencio) esa misma prensa no baja de ridículo a uno y de espurio al otro.
Una muestra más de ese "silencio de grillos" se dio el sábado 19 de noviembre cuando López Obrador dijo que "había votado a favor" de que Trump regresara a twitter. Sin embargo ningún columnista de renombre expresó extrañeza alguna al día siguiente. De nuevo la pregunta: ¿estaríamos presenciando la misma indiferencia si Fox o Ricardo Anaya votaran a favor de que Trump fuera readmitido en esa plataforma? Se les estaría tratando, mínimos, de traidores a la patria. Como se ve, ahora desde ultratumba, las palabras de Hitchens tienen hoy más validez que en el tiempo en que él las escribió.
Naturalmente, y como apunta Sarmiento, la empatía entre Trump y López Obrador se debe a que son muy similares. Son rimbombantes, les encanta hablar en megaconcentraciones, manejan la retórica exagerada, no soportan que alguien les haga sombra, están obsesionados con un "pasado glorioso" que prometen restaurar, culpan a alguien más de sus equivocaciones y ambos sienten ser líderes de una cruzada donde no existe división alguna entre lo que ellos piensan y lo quiere el pueblo. La diferencia, por supuesto, es que mientras a Trump la prensa lo ataca hasta por el motivo más estúpido concebible, López Obrador goza, no tanto de la lisonja desmedida por parte de la prensa, pero sí el silencio ante sus acciones y declaraciones, el cual le resulta más redituable en términos de manipulación política.
Nada hay de criticable que entre dos políticos de posturas totalmente opuesta surja la amistad o la simpatía, y de hecho es un factor positivo cuando se trata de dos países tan distintos que comparten una de las fronteras más complicadas del mundo. Pero la doble moral y la hipocresía de la prensa mexicana en torno a las declaraciones de López Obrador en torno a Trump son, para decirlo con elegancia, absolutamente execrables.
Textos relacionados
No lo es, pero sin duda aspira a serlo, señora Sabina Berman... [Abril, 2021]
Los disparates del pejegobierno: ¿y la prensa? bien, gracias [Marzo, 2020]
¿Desea opinar sobre este texto?
0 opiniones
|
Cibernética |