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La loser del 2024: Kamala Harris
El comité de campaña de la candidata perdedora evaporó un billón de dólares en cuestión de semanas, dinero desperdiciado en entrevistas compradas, viajes inútiles y ese irresponsable derroche que tanto gusta a los socialistas. Sin embargo, los republicanos deben recordar que fue el candidato Trump, y no su partido, el que ganó la elección. Si no apoyan al presidente, esta señora, o alguien peor, continuará en el 2029 su plan para destruir a Estados Unidos
DICIEMBRE, 2024. Llega el fin de año y con
éste los repasos a lo ocurrido en un año en el cual se perfilan
mejores noticias para los años venideros, entre ellos la posible
muerte del wokeísmo y el descarrilamiento del "proyecto 2030", del
cual ya se habla muy poco.
Sin embargo una de las noticias más positivas del año se dio en
Estados Unidos --y algo que repercutirá en el resto del mundo-- con
la derrota electoral de Kamala Harris.
Poco a poco, los norteamericanos se están dando
cuenta que la victoria electoral de Donald Trump ante Kamala Harris
salvó al país de una bala que pasó zumbando, situación idéntica a la
del proyectil que rozó la oreja del hoy presidente electo
el pasado julio. Pese a haber contado con el apoyo del 90 por
ciento de Hollywood y de los principales medios impresos y
electrónicos, incluido Alexa, ese dispositivo de Amazon que hablaba
linduras de la candidata perdedora y se abstenía de opinar
sobre Donald Trump, alegando que no podía promover directamente a
candidato alguno, la campaña fue un desastre total. Difícilmente se
puede ser más loser si recolectas mil millones de dólares en
donaciones para tu campaña, casi el triple de lo recolectado por tu
contrincante, y pierdes la elección.
"No existe duda alguna, Estados Unidos se salvó por un pelito con la
derrota electoral de Kamala Harris", señala Miguel Hernández,
analista político entrevistado por fasenlinea. "Esta derrota
está trayendo consigo el derrumbe de la cultura woke y del
feminismo ultra radical, señal clara de que toda esa basura
doctrinaria no cuenta el apoyo de las mayorías de ese país. Esta es
la derrota más grande que la izquierda
norteamericana ha tenido, por lo menos, en el último decenio".
Tras la humillante derrota, la nota sobre lo que
realmente ocurría dentro del equipo de campaña de Kamala Harris
comienza a brotar, un alud de miasma que los medios trataron de
ocultar o disimular. El primero de los medios en destapar la cloaca
fue Politico, una publicación que nadie debe confundir como
simpatizante de Donald Trump. Según esa publicación, el Comité
Nacional Demócrata se gastó 982 millones de
dólares en las 17 semanas que duró la campaña y terminó con un
déficit de 24 millones de dólares.
Ese caudal de recursos fue transferido por empresas como Microsoft,
Amazon --de ahí el irrestricto apoyo de Alexa a la candidata
perdedora-- las cadenas Target y Wal-Mart, el gigante de la
informática Google y Starbucks. Del mismo modo Politico
apunta que los principales estudios de Hollywood donaron en conjunto
alrededor de 40 millones de dólares.
¿Y a dónde fue a parar todo ese dinero cortesía de esas empresas que
ni idea tienen de cómo los socialistas suelen dilapidar el dinero a
lo pendejo? Entre otras cosas, a comprar entrevistas: la conductora
Oprah Winfrey reconoció que el comité de campaña de la candidata
perdedora "entregó" un millón de dólares para una plática televisada
con Kamala Harris aunque, agregó Winfrey con el cinismo que le
caracteriza, "yo no recibí un solo dólar de ese dinero, de eso se
encargó mi equipo de ventas y de comunicación", el equivalente a que
Al Capone alegara ser inocente porque él no
sobornaba a nadie en persona ni extorsionaba gente
de puerta en puerta.
Ese millón de dólares se fue directamente a la basura (o más bien, a
hacerle compañía a más basura) dado que la entrevista apenas y
alcanzó un rating de 7.5 puntos. Otra parte, medio milloncito de
dólares para ser exactos, se le pagó al "reverendo" Al Sharpton por
otra entrevista donde el trueno gordo de la charla fue enterarnos
que la candidata proviene de una familia pobre de Oakland y que en
ocasiones tenía que caminar varias cuadras hacia la escuela en medio
del viento y de fuertes aguaceros. Pobrecita: esa valentía, sin
duda, la hacía merecedora de la presidencia de Estados
Unidos.
Y todavía el fin se de semana previo a la elección, el comité de
campaña colocó un breve video con la imagen de Kamala en la "esfera"
de Las Vegas a un costo de 850 mil dólares diarios, dinero que
igualmente se fue al caño pues Trump terminó por llevarse el estado
de Nevada el cual se temía caería en manos de los demócratas dada la
inmigración procedente de California que se ha asentado ahí y que
imbécilmente sigue votando a favor de los políticos demócratas en su
nuevo lugar de residencia.
Igualmente, todos los miembros del comité de campaña, enemigos
jurados del privilegio blanco y la ostentación de los ricos ante el
hambre que padecen los pobres, gustaban de viajar en primera clase o,
mejor aún, en jets privados que suelen cobrar 25 mil dólares por una
hora de vuelo. La página de Washington Beacon apunta que por lo
menos 40 residentes de California integrados a su campaña en
Washington, solían viajar de regreso a California los fines de
semana pues al parecer extrañaban mucho a sus familias y regresaban
a la capital los lunes por la mañana.
"Si asumimos que un viaje Washington-San Francisco en
primera clase cuesta alrededor de 490 dólares, es decir, casi mil
dólares por persona si es redondo, estamos hablando de unos 20 mil dólares
semanales, pasajes que fueron pagados por los donantes demócratas",
refiere el artículo de The Washington Beacon.
Obviamente, esta gente que denuncia al capitalismo por tener a la
gente viviendo en las calles como si el gobernador de California
Gavin Newsom fuera devoto de Alan Smith, se hospedaba en los mejores
hoteles de las ciudades que visitaba la señora Harrison. Igualmente,
a cada miembro de la campaña le fue entregado un nuevo IPad de lujo,
con tiempo aire ilimitado, así como una laptop de modelo
reciente permanentemente conectada a Internet para estar en contacto
con la
candidata perdedora en medio de sus atareadas actividades proselistas.
Y a ese derroche inconsciente y estúpido que se suele hacer cuando
el dinero no es de uno se suma otra más (y más estúpido aún, si
nos apresuran un poquito) fue su negativa a entrar a territorio
enemigo para ser entrevistada. Lo más a que llegó fue visitar la
cadena conservadora Fox con 20 minutos de retraso aunque se ha
especulado que la demora se dio porque los miembros de su campaña
exigieron ver las preguntas previamente, algo que viola toda ética
periodística y que finalmente se acordó que los segmentos que
Kamala se negara a responder serían editados.
En contraste, Trump había acudido a los debates que Biden y con
Kamala en los estudios de la CNN y de la NBC para semanas después
dar un golpe magistral que, sin duda, le garantizó la presidencia:
una entrevista de 3 horas con Joe Rogan, el conductor más influyente
de la red con 24 millones de escuchas diarios. Rogan reportó que el
equipo de Harris se acercó con él para una posible entrevista la
cual no se logró porque ella quería que el conductor la fuera a
visitar a Washington (su programa se origina en Texas). En realidad,
los consejeros de Kamala la convencieron que no fuera, aterrados de
que fuera exhibida como lo que es, una absoluta incompetente.
Con todo y según Hernández, fue Barron, el hijo de
Trump, quien le exigió que fuera entrevistado por Rogan. "Este
muchachito, estudiante universitario, convenció a Trump de ir al
podcast de Rogan para que los jóvenes tuvieran oportunidad de saber
quién era Trump en realidad, lejos de esa caricatura de hitlercito
que le han endilgado los medios. Esa brillante estrategia fue
incluso reconocida por John Morgan, el fundador de la poderosa firma
legal Morgan & Morgan y donante demócrata: "Barron Trump es mucho
más inteligente que todo el equipo de campaña de Kamala Harris",
dijo Morgan, según reportó The New York Post.
"Indudablemente el equipo de campaña de Kamala sobreestimó la
influencia y el poder de los grandes medios, de Hollywood y de las
celebridades", refiere Hernández. "Nadie en el comité de campaña se
ha dado cuenta que los podcasts como el de Joe Rogan son escuchados
por millones de jóvenes mientras que solo los estudiantes
adoctrinados menores de 30 años leen The New York Times. Los medios
tradicionales ya son o bsoletos, la promoción se da hoy en las redes
sociales y no en los programas de Jimmy Kimmel ni en los conciertos
de Beyoncé".
Concluye Hernández: "Mientras que el equipo de campaña de Donald
Trump recolectó 350 millones de dólares y le sobraron por lo menos
30 millones, el equipo de campaña de Kamala Harris consumió mil
millones de dólares y quedó en números rojos. Imagínate lo que
Kamala le habría hecho a las finanzas públicas de Estados Unidos de
haber llegado al poder. Insisto, ese país acaba de salvarse por
milímetros de irse a la ruina financiera".
Abunda: "No sé si llamarle soberbia. egocentrismo o estupidez que
Kamala Harris llegara a pensar que iba a ganar la presidencia de los
Estados Unidos, máxime si defiendes posturas como el aborto cuando
la población está sufriendo por la inflación, y quiere formar una
familia antes que asistir a una clínica abortista y se dio cuenta, a
tiempo, que su presidencia sería una versión aun peor que Joe Biden".
Para colmo, la candidata perdedora recientemente difundió un breve
video donde afirma que "la lucha continúa" ¡y exigió más fondos a
los simpatizantes para continuar con "esta lucha por la democracia!"
"¿Significa esto una 'lucha' para destruir el sistema electoral de
los Estados Unidos simplemente porque no le dio el triunfo?", se
pregunta Hernández. "¡Además que descaro el de esta señora que
todavía tiene la desfachatez de pedir más fondos, es como el tipo al
que le prestas dinero, se lo gasta todo en una peda y luego va y te
exige más dinero para continuar la parranda!"
Y aunque se trató de una victoria inobjetable para Donald Trump,
Hernández advierte que "Estados Unidos seguirá siendo un país
profundamente dividido las siguientes décadas. no debemos pasar por
alto que a esta mujer la votó el 47 por ciento de los electores y
que la diferencia con Trump fue de cinco millones, y sobre todo,
debemos recalcar que quién ganó la elección fue Donald Trump, más
que los republicanos, y que si Ron de Santis hubiera sido el
candidato, muy seguramente Kamala Harria sería hoy la presidente
electa. Las metidas de pata de los demócratas pesaron mucho, pero
desafortunadamente hay norteamericanos que se creen ese discurso
irresponsable y peligroso que Kamala Harris y su equipo de campaña
tienen en mente.
"Ese es el siguiente reto de los republicanos hacia el 2028 pues
para entonces ya no contarán con el arrastre de Donald Trump para
otra elección", finaliza.
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EXTRA
El (inútil)
apoyo de los celebridiotas de América latina a Kamala Harris Según ellos, la coalición tenía el objetivo de "concientizar" a la población latina radicada en Estados Unidos sobre el "peligro" que representa alguien que "odia a los hispanos y ha mostrado un racismo son límites hacia nuestra comunidad", según dijo Fher, vocalista de Maná, por supuesto sin aportar una sola prueba de ello y a quien jamás se le negó la visa norteamericana para entrar a Estados Unidos por sus declaraciones durante la primera presidencia de Donald Trump. Fher suele portar en sus conciertos una camiseta con la imagen del Ché Guevara, clara evidencia de que él comparte el idealismo revolucionario de alguien que solía comparar a los negros con los simios y los criticaba "por su clara aversión al baño diario". Pero el racista es Trump; lo que dijo el Che fueron declaraciones en su momento que ya no aplican hoy. Y si bien tanto los Tigres del Norte como Maná se cuajaron en esos conciertos de Arizona cortesía del comité de campaña demócrata, ese apoyo no sirvió ni para maldita la cosa pues el estado fue para los republicanos, fuertemente apoyados por el voto latino. Maná también hizo proselitismo en California, cierto, pero no hacía falta alguna que se presentaran ahí pues de todos modos ese pobre estado aparentemente seguirá votando por los demócratas aunque éstos hayan terminado de destruir Estados Unidos. Donald Trump se convirtió en el candidato más votado por la comunidad latina de Estados Unidos, señal alentadora que deja ver cómo los celebridiotas latinoamericanos también están perdiendo su influencia. El "YA ESTUVO" tuvo una resonancia que todos estos celebridiotas no esperaban. (OFM) |
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