fasenlínea.com

Análisis, comentario y demás

 

John Lydon: ahora lo admiramos más

Las "buenas conciencias" se conmocionaron en los años 70 cuando un muchacho desadaptado, con su dentadura llena de caries y con un leve estrabismo que le daba aire de psicópata, le cantó a la Reina Isabel unas líneas, digamos, irrespetuosas. A casi medio siglo que surgieron los Sex Pistols, John Lydon deja en claro que su actitud no ha cambiado y que, pese al izquierdismo que se le quiere atribuir, gracias a este personaje el punk británico mantiene su esencia libertaria

NOTA: En esta ya nutrida sección, incluimos opiniones y declaraciones de celebridades, músicos, escritores, actores o cineastas quienes, sin abandonar totalmente el terreno de la izquierda, nos sorprenden gratamente por su buen juicio, lo que les evita ser sometidos por sus colegas dentro de ese espectro ideológico y cuya intolerancia para quienes opinen distinto es cada vez más virulenta).

ABRIL, 2025. La palabra punk va ligada con John Lydon como Baby Ruth es para el beisbol. Jamás podrán ser separadas. Después de todo hablamos de un personaje que literalmente arrojó ácido a la monarquía inglesa con una canción llamada "God Save the Queen". Cuando la BBC prohibió su transmisión para evitar que se propagara, el efecto fue el contrario. los Sex Pistols y la revolución punk estaban ya en indetenible marcha.

Sabemos que esa revolución era, en principio, artificial y fue ideada como estrategia para hincharse de billetes, cortesía de Malcolm McLaren, la "oveja negra" (a ver si nadie anda ahora de ofendido por ese mote) de la dinastía automovilística de los McLaren. Este empresario de pocos escrúpulos utilizó la fórmula que diseccionaron Andrew Potter y Joseph Heath en su recomendabilísimo libro Rebelarse Vende: haz creer a la gente que está destruyendo al capitalismo mientras lo fortaleces vendiendo esos  productos que promueven su destrucción.

Sin embargo, el punk no tardó en por rebelarse a sí mismo: los Sex Pistols implosionaron y su líder, un clasemediero marginado de Londres llamado John
Lydon y a quien McLaren apodó Johnny Rotten (podrido) anunció el rompimiento del grupo en pleno concierto celebrado en San Francisco. McLaren, un obseso con el dinero pero malembardunado de demagogia socialista, se escandalizó y se lío a golpes con Rotten apenas éste bajó del escenario y lo obligó a continuar con la gira. La tregua duró apenas unas semanas.

Desde la salida de sus discos Nevermind the Bollocks y Anarchy in the UK, los Sex Pistols enarbolaron en alto a bandera que (lo dijo Rotten después) McLaren les había impuesto, lo mismo que esas chamarras de cuero negro con el pegoste con una imagen de Marx en la solapa. Años más tarde Rotten, ya renombrado John Lydon,
reconoció que nunca en su vida había tomado un libro y no sabía "ni puta madre" de quiénes eran Marx, Engels o el Che Guevara.

Gracias a John Lydon fue que la izquierda nunca pudo copar del todo al punk. "Si ser anarquista significa estar en contra de todo y de todos, el abolir el Estado, el destruir todo principio de autoridad, me exasperaba cómo gente se nos acercaba y nos querían sermonear sobre la lucha de clases", dijo Lydon a la revista Musician cuando promovía su grupo PiL a mediados de los 80 "¿No se dan cuenta acaso que yo desprecio de que se me quiera imponer cualquier cosa?"

Igualmente Lydon rechazó una invitación del líder laborista Neil Kinnock para apoyar una de sus tantas campañas políticas. "Le agradecí que dijera ser fan mío", refirió Lydon en la misma entrevista, "pero cuando me pide unirse a su campaña y dice
'eres uno de los míos', perdón, pero yo no duermo en una mullida cama y a la mañana siguiente alego frente a una multitud estar defendiendo a la clase trabajadora. Ya no volví a saber de (Kinnock), y la verdad eso no me preocupa mucho. Yo digo lo que siento, y aunque eso no cae bien a muchos, tengo la conciencia más tranquila".

El paquidermo de la habitación en torno al movimiento punk resultó en una izquierda que se estrelló una y otra vez buscando seducir a ese movimiento: las raíces del punk eran esencialmente libertarias: repudiaba el orden establecido y a una monarquía parasitaria, pero igualmente lo hacía con el activismo hipócrita que medraba con toda suerte de causas. (La izquierda si logró taladrar exitosamente al punk norteamericano, pero éste se extinguió más rápidamente que su contraparte inglesa, además que en Estados Unidos el punk nunca arraigó, ni de lejos, como lo hizo en la pérfida albión).

Y a diferencia de esa izquierda hipócrita y doblemoralista, Lydon mantiene intactas sus anárquicas convicciones: literalmente le mentó la madre al Salón de la Fama del Rock & Roll cuando éste les dio la bienvenida al recinto. "Agradezco el gesto pero no me interesa ir a recibir reconocimiento alguno", señaló en un comunicado, "no somos reliquias (...) todos esos empresarios discográficos supuestamente amantes de nuestro trabajo, ¿qué carajos hicieron cuando veían cómo nos esquilmaban? Quieren vernos sobre un escenario, en una ceremonia, aplaudirnos y decir que somos lo mejor que ha ocurrido a la música, pero cuando the Sex Pistols estaba activo a ustedes importábamos una mierda y nos querían destruir (...) nuestra memoria no es tan corta como ustedes creen".

Y ahora, presentamos nuestro signo de admiración hacia John Lydon:

Durante una entrevista con el periódico Irish Independent, Lydon respondió a una pregunta del reportero si estaría dispuesto a dar otro concierto en Tel Aviv luego que su grupo Public Image Ltd se presentará allá en el 2010, con lo que ligaba así la "represión" de Israel a Palestina ejecutada por ese monstruo insensible, Benjamin Netanyahu, que Israel tiene como hoy como primer ministro.

Quizá el reportero esperaba una disculpa de Lydon: "fue un error ir allá, lo lamento, he analizado todas las perspectivas y me he dado cuenta que hice mal. Lo siento profundamente", sin embargo la respuesta de Lydon fue contundente: "Sí, claro, por qué carajos no".

Y añadió el ex Ser Pistol: "Me la pasé de poca en Israel. El país está más mezclado de lo que te quieren hacer creer (...) no verás avisos de 'solamente se admiten judíos' en las puertas de las tiendas", y agregó: "Había muchos musulmanes entre el público cuando toqué allá, y eso fue algo muy especial porque jamás me han invitado a presentarme en un país musulmán".

Algo que la prensa "olvida" mencionar, incluida la mexicana que a diario reporta "brutales ofensivas contra la población civil" --y donde invariablemente "olvidan" quiénes fueron los primeros en aplicar una "brutal ofensiva"-- es que en Israel existe una numerosa comunidad musulmana que goza de los mismos plenos derechos que los ciudadanos judíos, y que existen penalizaciones contra los empleadores que excluyan a los musulmanes por su religión. En contraste, ¿cuántos judíos viven en Irán, Jordania o Egipto y gozan de los mismos derechos que el resto de la población?

Insistió el reportero del Irish Times: "¿Cuál es tu reacción ante quienes objetaran que te presentaras en Israel?

"Esa gente no sabe de lo que habla", respondió Lydon. "Si eres uno de esos tontos que piensan que visitar el Estado de Israel es el peor pecado de nuestros tiempos, entonces haces ciegamente lo que de te piden que hagas en vez de descubrir las
cosas tu mismo. Más que haberte educado, te han adoctrinado..."

Ese es el espíritu genuino del movimiento punk británico una vez que se liberó de la ponzoña de McLaren.

La entrevista no terminó ahí, por supuesto: en el entendido de que "si ya sabes lo que te voy a responder, para qué me pides una entrevista", Lydon criticó esa "crisis de conciencia libre, un veneno que ni permite fluir la libertad de pensamiento y de diferencias. Si quieres diversidad, entonces tendrás que aceptar opiniones diversas".

Hubo todavía más en la entrevista, donde seguramente el reportero debió haberse sentido como Jann S. Wenner, ex director de Rolling Stone y miembro importante del Salón de la Fama del Rock and Roll, cuando Lydon literal y públicamente le mentó la madre, esta leyenda del punk se fue contra Hamas; "esos tipos han exterminado judíos, es lo único que les interesa, no han hecho nada por su población".

En otras entrevistas, Lydon ha exhibido indirectamente la hipocresía de otros colegas que afirman orondamente ser punk, como Billy Bragg, esa postura de "soy anarquista, me opongo a todo principio de autoridad, quiero que los conservadores y los empresarios terminen con grilletes en sus piernas y sus brazos... aunque, vaya, igualmente propongo que los laboristas tomen el poder para poner fin a tanta injusticia y si las cosas no les salen bien, votaremos nuevamente por ellos".

Lydon sorprendió al mundo cuando apoyó el brexit y llamó "un tipo brillante" a Donald Trump: "para bien o para mal, hace lo que promete, no te cambia las cartas a medio juego, como suelen hacerlo los laboristas".

Por eso hoy admiramos más a John Lydon. El espíritu del punk genuino sigue libre con él. Y ese espíritu lo ha hecho incancelable. Bien por él.

 

Textos relacionados

Tracy Chapman: ahora la admiramos más [Febrero, 2024]

Roger Waters, ahora lo admiramos más [Junio, 2021]

Whoppi Goldberg, ahora la admiramos más [Septiembre, 2019]

Miguel Bosé, ahora lo admiramos más [Enero, 2019]

Kanye West, ahora lo admiramos más [Septiembre, 2018]

Quincy Jones, ahora lo admiramos menos [Febrero, 2018]

Ridley Scott, ahora lo admiramos más [Diciembre, 2017]

Mark Wahlberg, ahora lo admiramos más [Noviembre, 2017]

Tim Allen, ahora lo admiramos más [Abril, 2017]

JK Rowling, ahora la admiramos más [Junio, 2016]

Antonio Banderas, ahora lo admiramos más [Abril, 2016]

Chrissie Hynde, ahora la admiramos más [Septiembre, 2015]

John Lydon, ayer punk, hoy libertario [Mayo, 2011]

Punk, marketing y antiimagen [Agosto, 2008]

 

 

 

 

 

Inicio

Nacional

Internacional

Cibernética

 

Literatura

Cine

Medios

Y demás