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Celine Dion; ¿hay algo más detrás de su "extraña enfermedad"?
La célebre cantante canadiense está enfrentando una enfermedad extremadamente rara que surgió de la nada y que se dio luego de una campaña publicitaria suya que desconcertó a sus fans y a quienes la ubicaban como una defensora de los valores familiares tradicionales. Si asumimos que esta artista gozaba hasta hace poco de envidiable salud ¿quizá estamos presenciando una consecuencia de tintes divinos en el asunto?
JULIO, 2024. Un reciente
documental en Netflix trae de vuelta al escenario Celine Dion,
aunque no para una futura presentación tipo Las Vegas. Esta
cantante, quebecois de nacimiento, padece una enfermedad llamada
Síndrome de la Persona Rígida, la cual le fue detectada poco antes de
la pandemia y la cual afecta a solamente a dos personas entre un
millón.
El síndrome, de acuerdo a los especialistas, es de tipo degenerativo
y poco a poco va consumiendo al sistema nervioso hasta que la
persona se ve incapaz, primero, de mover sus extremidades hasta que
la enfermedad termina por atrofiar los órganos internos. "El
síndrome de la persona rígida es extremadamente raro y por ello
puede confundirse fácilmente con una embolia o con el
Parkinson", explica el neurólogo David Ortiz, entrevistado por
fasenlinea, "el cerebro envía señales equivocadas al sistema
nervioso, el cual empieza entonces a atacar a su propia estructura;
la red del sistema nervioso comienza a atrofiar el sistema motriz por esos ataques
hasta que termina por fragmentarse. Es una enfermedad de avance
lento por lo que (la cantante) tiene una expectativa de vida de unos
10 años. Sin embargo, la etapa final es muy dolorosa y, sobre todo,
frustrante; aparentemente, el último órgano afectado es el
cerebro... sigues consciente pero estás totalmente inmóvil, como un
vegetal".
Celine Dion detectó los primeros síntomas poco antes de iniciar una
gira mundial. En principio lo atribuyó a la ansiedad que, refirió en
una entrevista, sufre desde hace algunos años. Pero batallaba para
vocalizar y el aire parecía no llenar sus pulmones. Del mismo modo
sintió cómo se balanceaba al tratar de caminar y experimentaba un
cansancio extremo al subir una escalera. Cierta ocasión que nadaba
en una piscina, la cantante sintió que sus músculos se congelaban y
empezó a hundirse aunque como pudo logró llegar a la orilla y evitar
morir ahogada. "Fue la advertencia más seria", dijo Dion en una
entrevista con el diario británico Daily Mirror. Al principio los
médicos estaban pasmados pero tras varios estudios la cantante
recibió la noticia y su vida cambió radicalmente. En principio, la
gira fue cancelada, forzada además por el brote de la pandemia.
Hay algo que el documental de Netflix no menciona y que nos lleva a
preguntar lo que medios convencionales no suelen formular: ¿cómo fue
que Celine Dion súbitamente padezca una enfermedad que, primero, no
tiene cura y que, segundo, surgió prácticamente de la nada y,
tercero, que se dio a los pocos meses de una campaña que la cantante
enarboló, una campaña publicitaria que hoy está totalmente en el
olvido?
En el 2019 Celine Dion sorprendió al mundo al lanzar una línea de
ropa para niños, pero no se crea que era una línea de ropa
convencional, con imágenes de dibujos animados o figuritas de
animales. El promocional de la campaña presentaba a la cantante que
entraba a una habitación, encendía la luz y de un lado estaban unos
niños en sus cunas vestidos con pijamas azules y en otro las niñas
vestidas con pijamas rosas. "¡Es hora de cambiar esto!", dice la
cantante, aplaude y de súbito todos los menores aparecen enfundados
con pijamas negras con estampados de simbolismos esotéricos. "Es
momento que los niños desarrollen su propia identidad", agrega Dion
en el spot publiciatrio.
Los niños, no mayores de 10 años, tienen apariencia sexualmente
indefinida e incluso un niño luce los labios pintados de negro.
¿Qué fue lo que sucedió? ¿Cómo fue que la poseedora de una voz que
fácilmente pudiera ubicarse como celestial, privilegiada e
irrepetible, lanzara una campaña que promueve ropa literalmente con
signos diabólicos para que sea usada por menores de edad? ¿Cómo fue
la mujer, nacida en una numerosa familia de Quebec, tan
tradicionalista que se negó a aprender inglés por temor a perder su
identidad cultural --la cantante aprendió a hablar esa lengua hasta
la adolescencia-- nos haya salido con que la institución familiar es
caduca y urge sustituirla con indumentarias que promueven una
ideología profana y promotora de la pederastia?
La respuesta, o al menos parte de ella, pudiera encontrarse en René Angélil, su compañero sentimental de toda la vida y
quien falleció de cáncer. Se sabe que la cantante hizo lo imposible
para buscar los mejores médicos y que buena parte de su fortuna la
invirtió en los mejores hospitales y que, sí, rezó en numerosas
ocasiones por la salud de su esposo. Tras la muerte de Angélil,
según una nota publicada por el Daily Mirror, Celine Dion sintió que
sus plegarias no habían sido atendidas y comenzó a alimentar repudio
hacia sus propias convicciones religiosas. "Angélil había sido parte
fundamental de su vida, fue su representante, el arquitecto de su
carrera, su alma gemela, todo", escribió el diario. Angélil murió en
el 2016 y tres años más tarde, Dion lanzó su línea de ropa con
símbolos paganos y satanistas. Pero al poco tiempo le es detectado
el síndrome de la persona rígida a Celine Dion, todo pese a que en
los exámenes anteriores su salud se mostraba envidiable por lo que
la enfermedad surgió, literalmente, "de la nada". ¿O en realidad así
fue?
Celine Dion, conviene recalcarlo, nació en una familia profundamente
católica por lo que podríamos inclinarnos a pensar que el síndrome
puede ser una suerte de castigo divino. Después de todo, el síndrome
aparece en dos personas entre un millón y no se requiere ser experto
en música para concluir que su privilegiada voz es una entre cientos
de miles. "Mi voz se encuentra especialmente afectada por el
síndrome", dijo Dion en el documental de Netflix.
¿Nos encontramos quizá ante una consecuencia hacia alguien por
cuestionar la voluntad divina o, peor aun, burlarse de ella? No
sería el único caso, por cierto.
"Ni siquiera Dios podría hundir este barco", afirmó ufano
Edward J. Smith, el
capitán del célebre crucero Titanic. Días después el capitán moría
ahogado en el insumergible trasatlántico.
"No necesito a su Dios", respondió groseramente la actriz Marilyn
Monroe al predicador Bill Graham cuado éste le ofreció escuchar su
confesión. Tres días después, la sex symbol había muerto en
circunstancias, por lo menos, misteriosas. Según Anthony Summers, quien por
décadas investigó las causas de su deceso, escribió que "(Marilyn)
pasó los últimos días de su vida maldiciendo a Dios, culpándolo de
su propia infelicidad".
El brillante ensayista Christopher Hitchens dijo a un entrevistador
que su ateísmo se dio desde su infancia: "Rezaba para que un helado
llegara a mis manos y me peguntaba, 'rayos, la mejor manera de
conseguirlo es yendo a una nevería, yo tengo que hacer el esfuerzo
para conseguirlo, algo que los rezos nunca podrían lograr". Hitchens
escribió varios libros, enfocados en su mayoría contra la Iglesia
católica; publicó un libro donde llamó "estafadora" a la madre
Teresa de Calcuta y en el 2007 puso a la venta El Ateo de
Bolsillo donde Hitchens glorifica un universo donde toda deidad
sale sobrando, especialmente Dios como esencia creadora. Tres años
después le fue detectado cáncer de esófago a Hitchens, quien hasta
entonces había gozado de excelente salud y se ufanaba de haber estado
en un hospital "solo para visitar a alguien, nunca para ser
internado", y de no haber sufrido siquiera un resfriado desde sus
tiempos de la universidad. Hitchens falleció en el 2011, menos de un
año después de haberle sido diagnosticado el cáncer.
Los tres casos, al igual que el de Celine Dion, tienen un factor
en común: el capitán del Titánic, Marilyn Monroe y Christopher
Hitchens habían sido bautizados dentro de la fe católica, y aunque
llegaran a cambiarse de religión, como fue el caso de Marilyn, "todo
bautizado será cristiano mientras dure su vida terrenal", dice el
sacerdote Rafael Flores, entrevistado por fasenlinea.
¿Pero por qué, le preguntamos, si Dios es atacado sin parar en los medios de comunicación, se le injuria en el cine y la literatura y grupos musicales glorifican el satanismo, por qué con ellos no ocurre este tipo de castigo divino, por llamarlo de algún modo?
"A todos nos duele la injuria, la traición y la blasfemia, pero duele aun más si se da dentro de tu propia familia", responde el padre Flores. "Todos poseemos libre albedrío, pero me queda claro que existen límites que nos impone la voluntad divina".
Es triste lo que le ocurre a una de las cantantes más talentosas nacidas en el siglo XX, pero al mismo tiempo Celine Dion no tuvo empacho en insultar las convicciones religiosas de millones de cristianos con una línea de ropa infantil de la cual se necesitaría padecer alguna enfermedad mental para comprársela a los hijos. "La voluntad divina nunca se equivoca", dice el padre Flores. Imposible rebatirlo.
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